El asesor para asuntos económicos del Gobierno, Bayardo Arce, señaló que el próximo año la tarifa de energía podría subir el 24 por ciento como máximo, pero garantizó que se mantendrá congelada porque el presidente de la República, Daniel Ortega, orientó trabajar un plan que permita identificar fondos y mantener la medida.
Arce dijo que se podrían combinar algunos mecanismos para identificar recursos y determinar un subsidio vía presupuesto, un ajuste no mayor del 24 por ciento y con otro préstamo que saldría de los fondos del Alba.
“De mantenerse el petróleo en 100 dólares el año que viene, se estaría aplicando un aumento del 24 por ciento como máximo, no del 41.8 por ciento, monto aprobado por el Instituto Nicaragüense de Energía recientemente. Sin embargo, podemos decidir en conjunto con las nuevas fuerzas políticas que haya un subsidio vía presupuesto, y aplicar medidas, como reducir el sueldo de los diputados, magistrados y otros funcionarios y destinar fondos, para no afectar el bolsillo de la gente pobre y mantener estable la tarifa energética”, afirmó ayer al Canal 12.
Luis Barbosa, secretario general de la Central Sandinista de Trabajadores José Benito Escobar (CST-JBE), respaldó las propuestas del asesor económico presidencial Bayardo Arce.
El sindicalista admitió que la economía familiar será impactada negativamente por el alza aplicada en enero de 2012 en las tarifas, pero dijo que nada se puede hacer porque es efecto del alza del petróleo.
“Cómo detener esa alza si el barril del petróleo llega a 120 dólares”, expresó Barbosa.
El pasado 15 de junio el presidente del INE, David Castillo, anunció un alza del 41.8 por ciento en las tarifas de energía, pero garantizó que no habría afectaciones a los usuarios, porque la tarifa se mantenía congelada, sin embargo despertó serias críticas de varios sectores.
Óscar Danilo Carrión, analista de temas energéticos, indicó en ese momento que a pesar de que el Gobierno argumenta que la economía del usuario no sufrirá con el ajuste tarifario decretado, porque la tarifa se mantiene congelada, la realidad era que al final la población quedaba “contra las cuerdas” y “entre la espada y la pared”.
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