La Iglesia católica, a través de los obispos encargados de Movilidad Humana, reunidos recientemente en Costa Rica, pidió a los respectivos gobiernos de Centroamérica, Latinoamérica y Norteamérica, garantizar los derechos de los trabajadores migrantes quienes cada día son víctimas del sufrimiento al que son expuestos cuando caen en poder de las organizaciones criminales .
“Todos somos testigos del gran sufrimiento que viven las personas migrantes de nuestros países y regiones, quienes son víctimas de explotación y abuso por parte de varios actores (funcionarios públicos, empleadores sin escrúpulos y organizaciones criminales), nuevamente exigimos a nuestros gobiernos hacerse responsables de la protección legal de los y las migrantes, incluyendo a quienes buscan trabajo, solicitan asilo, refugio y han sido víctimas de trata de personas. Pedimos especial atención y protección para familias, mujeres y niños”, dice un comunicado de los obispos del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) y Cáritas Internacional.
DERECHO A SOBERANÍA, PERO…
Los obispos reconocen el derecho de soberanía de las naciones para legislar, sin embargo, consideran urgente la vigilancia de parte de los gobiernos para garantizar los derechos y la seguridad de los migrantes.
Por Nicaragua firmó el documento monseñor René Sándigo, presidente de Cáritas de Nicaragua y representante de la Pastoral de Movilidad Humana de Cáritas de Nicaragua, quien estuvo presente en el IV Encuentro de Migración.
“Más importante aún es que los gobiernos del hemisferio provean y fomenten la inversión social y pongan su atención en la creación de empleos”, alienta el comunicado.
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