Ofensas, golpes y amenazas dice haber vivido durante 13 años Mirtha Peña, a manos de su excompañero Hugo Romero Espinoza.
“Yo he sido víctima de violencia intrafamiliar. Llevo más de un año en la batalla legal para que se haga justicia en mi caso y hasta ahora solo he recibido más amenazas de mi agresor”, cuenta Peña, quien dijo temer por la seguridad propia y la de su familia, ya que el denunciado sigue acosándola bajo la protección de las estructuras sandinistas en Tipitapa.
Peña señala directamente a la secretaria política del Frente Sandinista en Tipitapa, candidata a diputada suplente por ese partido en Managua y delegada del Ministerio de la Familia en ese municipio, Martha Velásquez.
Según la víctima, Velásquez ha mediado para que el supuesto agresor salga libre.
“Esta señora Martha Velásquez ha estado protegiendo a mi agresor, Hugo Romero. Por eso yo temo por mi vida y la de mi familia. Yo quiero que se haga justicia”, dijo Peña.
LA PRENSA trató de contactarse con la funcionaria y candidata oficialista, pero no pudo ser contactada.
EL LARGO CALVARIO
Peña asegura haber sido víctima de una agresión brutal en plena vía pública, en el 2005. Desde entonces, interpuso una primera denuncia contra Romero, quien laboraba como suboficial policial en el Distrito 8 de la Policía Nacional.
Sin embargo, el caso no caminó a pesar de que Peña aun tiene una enorme cicatriz de una fuerte herida que Romero le causó en la frente. Eso, sin contar los problemas que ha sufrido debido a una fractura en la nariz, también propiciada por el denunciado.
La situación de violencia empeoró en marzo pasado, cuando Peña asegura haber sido víctima de amenaza con arma de fuego.
“Me amenazó de muerte con su arma reglamentaria de policía”, dice Peña, quien mostró la denuncia que interpuso ante la Fiscalía, un informe policial que concluyó en la baja deshonrosa del policía denunciado en junio pasado y un certificado de Medicina Legal que confirma los abusos.
El proceso contra Romero se encuentra en el Distrito Penal de Audiencias en Tipitapa y él guarda prisión preventiva. “A mí me da temor que con tanto tráfico de influencias mi agresor salga en libertad y nos haga más daño a mi familia y a mí. Él goza de la protección de las estructuras del Frente Sandinista”, dice Peña.
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