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Cartas al Director

Juventud

“La juventud quiere mejor ser estimulada que instruida”.

Johann Wolfgang Goethe (1749-1832); Poeta y dramaturgo alemán.

Semana de la Juventud

En Nicaragua se celebra la Semana de la Juventud Nicaragüense, que va del 8 al 12 de agosto, siendo en este caso el 12 de agosto el Día Internacional de la Juventud, sin embargo ha pasado desapercibido por la sociedad en lo general, ya que ni el propio Gobierno ha impulsado la promoción de las Políticas Públicas de Juventud, donde establece los Deberes y Derechos de Juventud.

La Convención Iberoamericana de Derechos de los Jóvenes, de la cual es signataria nuestro país, desde el 11 de diciembre del año 2005, aunque con cuatro reservas en torno al contenido original del documento aprobado y pendiente de su ratificación por la Asamblea Nacional, señala que los jóvenes conforman un sector social que tiene características singulares en razón de factores psico-sociales, físicos y de identidad que requieren una atención especial por tratarse de un período de la vida donde se forma y consolida la personalidad, la adquisición de conocimientos, la seguridad personal y la proyección al futuro.

Normativamente, en años recientes, Nicaragua ha avanzado en la elaboración de instrumentos jurídicos particulares que atienden la necesidad de contar con un marco legal para la atención de los adolescentes y jóvenes. Estos instrumentos los constituyen el Código de la Niñez y de la Adolescencia (Ley No.287) y la Ley de Promoción del Desarrollo Integral de la Juventud (Ley No.392) y su Reglamento.

La Ley de Promoción del Desarrollo Integral de la Juventud define como su objeto (Arto.1) promover el desarrollo humano de hombres y mujeres jóvenes (cuya edad oscile entre los 18 y 30 años de edad); garantizar el ejercicio de sus derechos y obligaciones; establecer políticas institucionales y movilizar recursos del Estado y de la sociedad civil para la juventud.

De conformidad con su Arto. 2, los fines de la Ley son: 1. Reconocer a hombres y mujeres jóvenes como sujetos de derechos y obligaciones. Y promover aptitudes y capacidades que contribuyan a su desarrollo integral y los hagan participar activamente en la vida socioeconómica y política del país. 2. Promover y aplicar políticas institucionales, nacionales, locales o regionales que desarrollen estrategias y programas para mejorar las condiciones de vida de este segmento poblacional, le permitan incorporarse a la vida productiva y planes de desarrollo, y establezca las modalidades para la consecución de recursos que faciliten el desarrollo de esas políticas.

No omito manifestar que el año 2010 fue declarado por la Organización de las Naciones Unidas como el “Año Internacional de la Juventud” llevando como lema “Diálogo y Entendimiento Mutuo”, y que termina propiamente este 12 de agosto del 2011, sin embargo el panorama a nivel internacional no es muy alentador. El año 2009 cerró con cifras negativas, según la Organización Internacional del Trabajo, OIT, la tasa mundial de desempleo juvenil, alcanzó el nivel más alto de la historia, ya que de 620 millones de jóvenes económicamente activos a nivel mundial (15-24 años), 81 millones se quedaron sin empleo. En Nicaragua no se conoce con exactitud el índice de desempleo de los jóvenes, pero los datos que existen a nivel nacional, tampoco son muy alentadores, ya que según un reporte brindado por el Banco Central de Nicaragua (en el año 2010), alrededor de 42 mil nicaragüenses perdieron sus empleos en el 2009. La falta de empleo obliga a muchos jóvenes nicaragüenses a la migración. Cifras oficiales del Instituto Nicaragüense de Información y Desarrollo (INIDE) indican que el 62 por ciento de los 4 mil nacionales que salen del país, son jóvenes.

Es por eso que insto al Gobierno Central, a la sociedad civil, a las ONG, Empresa privada y a los medios de comunicación a que promuevan las Políticas de Juventud, para el fortalecimiento de la sociedad y mejorar el desarrollo del país con visión de nación, donde todos y todas tengan oportunidades de salir de la pobreza, dándole más énfasis en el fortalecimiento de la juventud nicaragüense dirigido al Fortalecimiento del Diseño, Monitoreo y Evaluación de Planes, Programas y Proyectos a la profesionalización de la Capacitación de Recursos Humanos, al Desarrollo de Habilidades para mejorar el empleo en la juventud, salud con calidad y calidez, promoción permanente de las Políticas de Juventud y sobre todo diseñar una estrategia de inclusión social, económica y política para los jóvenes.

 

 Ezequiel Pérez

Pérdida de valores

Moral y civismo son valores en vías de extinción para una buena cantidad de ciudadanos de este país, cuyo comportamiento en sociedad no hace más que reflejar la ausencia de los mismos. El papel que juegan estos valores en el desarrollo de la vida, es de constructores en buena parte de una formación correcta de la personalidad en cada individuo.

Ejemplos de moral ya casi no suceden, por no decir que son inexistentes y si ocurren son como una excepción, al predominar la inmoralidad en algunos segmentos sociales de manera específica en la clase politiquera que a diario nos brindan lecciones de cinismo en vez de civismo, así como deshonestidad y falta de escrúpulos. La pobreza de espíritu cívico de muchos ciudadanos se ve reflejada en sus expresiones cargadas de resignación: “no queda de otra”, “que le vamos a hacer”, “al mal tiempo buena cara”, etc., y cuando se les pregunta sobre el candidato ganador de las próximas elecciones, su respuesta desanimada o de mala gana, es: … “ya se sabe quién va a ganar”.

Lo más oprobioso es que un partido politiquero con todas las ventajas del poder gubernamental, le ha distorsionado a la juventud el verdadero sentido de lo que significa el civismo, convirtiéndola en un instrumento a su antojo para variados propósitos: desde ondear banderas en concentraciones donde son acarreados, así como corear consignas sin entender su origen y significado. Todo lo cual es compensado con algún viático y por la fiesta que sigue al acto político.

La semana de la juventud debería ser aprovechada para reflexionar si los jóvenes seguirán dejándose manosear de politiqueros y poner punto final por tanto atropello a su dignidad, gritándole de una vez por todas. ¡Basta ya!.

 

Miguel Altamirano

Los convertidos

Este país, “el país de Alicia”, es verdaderamente contradictorio. Muchas personas que censuraban al diario LA PRENSA en la década de los ochenta, hoy en día se pronuncia a favor de la libertad de expresión. Muchos políticos que en esa misma década, apoyaban al Frente Sandinista hoy pertenecen a partidos políticos adversos al gobierno del Presidente Daniel Ortega. Me pregunto: ¿por qué en los años ochenta no protestaron contra él? Estas personas ostentaban cargos de embajadores, rectores, ministros, etc. Son doctores, filósofos, saben manejar cualquier tema a la perfección, ¿y nunca se dieron cuenta quien era su jefe? Los hijos de estos exsandinistas también se daban la gran vida, y ahora tienen la desfachatez de criticar a los hijos del presidente Ortega. Si son tan inteligentes como dicen ser ¿por qué nunca se dieron cuenta de lo que ahora critican del Frente Sandinista, sino hasta la década de los noventa?

Cuando estos preclaros se vuelven contra el Frente Sandinista, se dice que tienen derecho a “rectificar”, pero, si es lo contrario, cuando alguien que no comulgaba con las ideas del Frente Sandinista y ahora está con ellos, lo tildan de vendido, que algo le tienen agarrado, y en fin cuantos epítetos quieran decirles. Entonces ahí, la palabra “rectificar” no tiene cabida. Lo que es bueno para el ganso es bueno para la gansa.

 

 Julio León Báez

Opinión
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