Por Julia Ríos
AFP
El Consejo Supremo Electoral (CSE) de Nicaragua dará por iniciada oficialmente mañana la campaña proselitista para los comicios del 6 de noviembre en medio de una agitación política por el descontento por la demora en la entrega de cédulas de identidad y restricciones a los observadores.
Grupos cívicos de oposición exigen la entrega de cédulas de identidad, requisito para ejercer el voto, y se quejan de que el CSE restringiera mediante un reglamento la labor de los observadores nacionales y extranjeros.
Otros grupos realizan protestas para oponerse a la candidatura del presidente Daniel Ortega, que aspira a un nuevo período, pese a una norma constitucional que prohíbe la reelección inmediata, pero que la Corte Suprema de Justicia (CSJ) declaró “inaplicable” al mandatario.
Las protestas han incluido la toma de locales del CSE en el interior del país y el bloqueo de vías en la Región Autónoma del Atlántico Norte, que fue levantada luego de que el tribunal prometiera agilizar los trámites para la entrega de cédulas.
El presidente de facto del CSE, Roberto Rivas, amigo y aliado de Ortega, también es el blanco de manifestantes que exigen su destitución, tras una serie de denuncias de supuesta corrupción y tráfico de influencias que se ventilan en los diarios locales.
La directora de la Policía, comisionada Aminta Granera, ha advertido que no se permitirá la toma de locales del CSE en ningún lugar del país.
“INSUBORDINACIÓN CIVIL”
La idea de una fiesta cívica probablemente cambie por el de “una insubordinación civil” frente a resultados, que ya son esperados, como es la elección de Ortega, dijo a la AFP el ex guerrillero sandinista Henry Ruíz, ahora en la oposición.
Pese a que la población no sale de forma masiva a manifestarse, sufre la carestía de la vida, el desempleo y las arbitrariedades jurídicas, “sabe que el voto es un arma, es algo que está dando vuelta por su cabeza, por eso es que el llamado es a ir a votar”, agregó Ruíz.
La presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENDIH), Vilma Núñez, una crítica del gobierno, también estimó que “no hay condiciones de estabilidad y tranquilidad” en el país, por actos generados por las mismas autoridades contra manifestaciones de la población.
Núñez instó de forma general a que la campaña electoral transcurra “sin mayores actos de violencia” y sin mayor represión” de parte de las autoridades, que deben garantizar la seguridad ciudadana de todos.
En la otra acera, la portavoz de la presidencia y primera dama, Rosario Murillo, ha dicho que la campaña de su partido será de “alegría” y “amor” y por el “bien común” de la gente.
En ese ambiente, de los cinco candidatos inscritos, cuatro van en representación de coaliciones partidarias y uno en nombre de un partido político.
74 DÍAS DE DISPUTA DE VOTOS
A partir del sábado tendrán 74 días para disputar los votos de más de 3.3 millones de nicaragüenses mayores de 16 años registrados en el padrón electoral, según las cifras del CSE.
Ortega, de 66 años, que se presenta como candidato ilegal del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN, izquierda), encabeza la intención de voto con un 41%, según el más reciente sondeo de la firma Cid Gallup.
Le sigue Fabio Gadea, de 79 años, propuesto por la coalición opositora del Partido Liberal Independiente (PLI), con 34% de respaldo. En un lejano tercer lugar aparece el ex presidente Arnoldo Alemán (1997-2002) que tiene 11% de apoyo, según este sondeo.
El diputado liberal Enrique Quiñonez, por el partido Alianza Liberal Nicaragüense (ALN) y el abogado Róger Guevara Mena por la Alianza por la República (APRE), tenían un respaldo mínimo, según la encuesta.
En estas elecciones también se renovarán los 90 diputados a la Asamblea Nacional (parlamento) y 20 delegados al Parlamento Centroamericano (Parlacen).
