Juan Vega Gonzales (*)
La gente nos pregunta qué se debería enseñar, en colegios y universidades, sobre educación financiera. Probablemente habría que empezar enseñando sobre la historia del dinero y su relación con la deuda, inflación, impuestos y crisis.
La historia demuestra que cuando los gobiernos emiten cantidades ilimitadas de dinero para financiar sus gastos, el valor de su moneda cae al suelo, ocasionando la pérdida de valor (ahorros) de sus ciudadanos.
Los emperadores romanos costeaban sus lujos y guerras devaluando el valor de su dinero disminuyendo la cantidad de metal precioso (oro), que contenía cada moneda, y reemplazándolo con metales no preciosos. Historiadores económicos, afirman que el origen de la caída del Imperio Romano no fueron las invasiones bárbaras, sino precisamente la destrucción del valor de su moneda.
Durante la década de los ochentas, Latinoamérica vivió la experiencia de inflaciones altas e inclusive hiperinflaciones, debido a la desmedida emisión de dinero. Una gran cantidad de dinero, viene asociada a una gran cantidad de deuda y a su respectiva obligación de pago.
Más dinero significa más endeudamiento e inflación. Toda emisión monetaria constituye una deuda de los gobiernos. Ese dinero entra en la economía, donde los bancos (sistema financiero) lo reciclan varias veces, incrementando la deuda de los ciudadanos y una mayor demanda de bienes, lo que trae consigo mayor inflación.
Durante la década pasada, Estados Unidos y Europa vivieron un crecimiento sin precedentes del endeudamiento de sus ciudadanos. El mismo fue patrocinado por los gobiernos (emitiendo dinero) e implementado por el sistema bancario; financiando la compra de viviendas y generando un incremento en la demanda y precio de los inmuebles, a niveles nunca antes vistos. Generando así una “burbuja inmobiliaria”.
Toda deuda implica una obligación de pago. Los países y personas pagan sus deudas generando más ingresos (cobrando más impuestos o produciendo más) o endeudándose más (emitiendo dinero o tomando más deuda).
Finalmente, la historia nos muestra que cuando los niveles de deuda y emisión de dinero llegan a niveles de “no retorno”, en el momento en el que se supera el límite de endeudamiento o capacidad de pago de las personas y países, se desencadenan las crisis (“estallido de la burbuja”).
Durante los últimos cinco años, el mundo se ha sumergido en una crisis originada por el excesivo crecimiento de dinero y deuda. La solución propuesta por los gobiernos de Europa y Estados Unidos ha sido precisamente emitir más dinero y deuda para “rescatar” sus economías. Sería ingenuo pensar que se puede solucionar el problema con lo mismo que lo originó.
Hoy hay un gran debate en los congresos de países desarrollados, sobre sí reducir sus déficits incrementando impuestos o disminuyendo gastos. Cualquiera de las vías reducirá la liquidez en la economía y generará, al menos a corto plazo, una recesión mayor.
(*) Director de PROMIFIN, programa auspiciado por la Cooperación Suiza en América Central, ejecutado por Triodos Facet. [email protected]
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