Omar Segura EFE
Los recién nacidos lloran entre una y tres horas diarias. Se considera normal que lo hagan como un intento rudimentario para comunicarle a sus padres que sienten incomodidad, hambre, frío, aburrimiento o soledad, entre otros.
Sin embargo cuando mantienen un llanto excesivo, sin una razón orgánica o psicológica que lo justifique, corren un mayor riesgo de sufrir en el futuro problemas de comportamiento como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, así como depresión, ansiedad y conductas agresivas.
De acuerdo a los investigadores de la Universidad de Warwick, en Reino Unido, que analizaron los datos de más de 17 mil niños, el llanto en los bebés es normal, aunque algunos lloran “excesivamente” después de sus primeros tres meses de vida por razones distintas de los cólicos que puedan sufrir.
No obstante han comprobado que el llanto excesivo, sobre todo en aquellos niños que además tenían problemas para comer y dormir, se asocia con el doble de riesgo de desarrollar problemas graves de conducta durante su posterior infancia.
Ver en la versión impresa las páginas: 5 B