Por Wilder Pérez R.
¿Puede un oso hormiguero, un delfín o un zanate, ser considerado tan importante como la laguna de Tiscapa?
La respuesta no se sabe, pero a eso aspira la fundación Amarte, que esta tarde propondrá ante la Asamblea Nacional, que un total de 127 especies de animales sean declaradas Patrimonio Nacional en Nicaragua.
Todas las especies propuestas para Patrimonio Nacional están en la lista de veda indefinida de Nicaragua, es decir, que su peligro de extinción es tan alto, que matarlos o cazarlos es un delito en cualquier época del año.
Datos que necesitan actualizarse señalan que hace cuatro años Nicaragua albergaba al ocho por ciento de las aves conocidas.
En total, el año pasado se contaban a nivel nacional 300,000 especies de invertebrados y 1,200 de vertebrados.
Esto necesariamente tiene que acompañarse de flora, cuyas especies son 9,000, según el último recuento hecho público por el Gobierno.
La cobertura vegetal de Nicaragua es del 25 por ciento. Hace 60 años era del doble.
Si Nicaragua quiere mantenerse como un país megadiverso, necesita que sus habitantes aprendan a convivir con los animales.
[/doap_box]
Pero las leyes no impiden que estos animales estén amenazados. Según el ecólogo Kamilo Lara, 1,500 chocoyos fueron confiscados a un traficante ilegal la semana pasada, algo que en teoría no debería ocurrir, porque la legislación nacional los protege.
Otras veces el problema no es la cacería ni el tráfico ilegal, sino el agotamiento de sus ecosistemas, según Lara.
En otras palabras, una urbanización, o el avance de la frontera agrícola, causa tanto o más daño a la fauna que un cazador.
Por esta razón, Milton Camacho, exdirector de Áreas Protegidas y actual asesor del Club de Jóvenes Ambientalistas, comentó que “la situación real de la fauna silvestre no es congruente con la legislación existente”, ya que todavía se venden loras en las calles y huevos de tortugas en los mercados.
Para Camacho existen casos dramáticos como los del águila arpía, que solo se sabe que aún existe por los cadáveres que se encuentran, pero no porque algún científico haya visto vivo algún ejemplar.
A las especies de animales en veda permanente por su peligro de extinción, se suman otras 62 con vedas parciales.
En total, el número de especies que la próxima generación de nicaragüenses podría no ver en el país suman 189.
Para Camacho el problema no es tanto la cacería, ya que todavía no se encuentran con facilidad cazadores a sueldo, y tampoco cazadores de especies exóticas para el tráfico ilegal.
La verdadera razón de la extinción es la pérdida de los bosques, según Camacho, ya que estos son los que les dan refugio, protección, alimento y hábitat a los animales.
Lo mismo señaló Lara, quien hizo énfasis en que el cambio de uso de los suelos y la explotación inadecuada de áreas boscosas, tienen en jaque a una cantidad importante de especies de fauna.
Los ambientalistas coinciden en que hoy, Día Mundial del Animal, debe servir para reflexionar sobre el trato que se le da a los animales.
Lara apeló a la gente religiosa, a ser como San Francisco de Asís, quien se preocupó por los animales.
La esperanza es que se invierta el diálogo del poema de Rubén Darío, y ahora sea el lobo que pregunte al Hombre: “¿Es ley que tú vivas de horror y de muerte?”
Ver en la versión impresa las páginas: 2 A