EFE
El presidente de facto del Consejo Supremo Electoral (CSE) de Nicaragua, Roberto Rivas dijo hoy que los observadores locales e internacionales no son “indispensables” para supervisar los comicios del 6 de noviembre próximo, en los que el presidente del país, Daniel Ortega, busca ser reelegido, pese a que la Constitución se lo prohíbe.
En declaraciones al canal 13 de la televisión local, dirigido por dos hijos de Ortega, Rivas afirmó que será “muy difícil” cometer un fraude en esos comicios, bajo el argumento de que el sistema electoral nicaragüense es “extremadamente seguro” en comparación con el resto de América Latina.
“Damos la bienvenida a los acompañantes electorales, pero tampoco son indispensables para que se lleve adelante un proceso electoral”, sostuvo.
Agregó que por los “mecanismos” y “llaves de seguridad” electoral que existen en Nicaragua, “la palabra fraude, si bien no es imposible, es muy difícil de suceder” en esas elecciones.
Grupos opositores al presidente Ortega han acusado al CSE de beneficiar al gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en la organización de los comicios, de darle mayoría en las mesas electorales y no descartan la posibilidad de un fraude.
El CSE firmó el mes pasado acuerdos de “acompañamiento” electoral con los organismos locales Consejo Nacional de Universidades (CNU) y Centro de Derechos Autonómicos del Atlántico (Cedeca).
También con los internacionales Unión Europea (UE), Organización de Estados Americanos (OEA) y Consejo de Expertos Electorales de Latinoamérica (Ceela).
Según Rivas, el CNU tendrá una misión de 20.000 acompañantes electorales y no precisó cuántas personas tendrá el Cedeca.
Por su parte, la UE y la OEA desplegarán misiones de 80 personas cada una y el Ceela contará con una delegación de 20, según han dicho en Nicaragua representantes de esos organismos.
Rivas explicó que “el trabajo” de los “acompañantes” no es opinar “contra los tribunales” electorales, sino ofrecer “recomendaciones” tras la votación.
“Ojalá ellos nos puedan dar a nosotros recomendaciones sobre cómo mejorar nuestro sistema”, añadió.
El CSE, además, tiene hasta el 15 de octubre para aceptar o rechazar las solicitudes para vigilar los comicios que hicieron los organismos locales Hagamos Democracia y el Instituto para el Desarrollo y de la Democracia (Ipade).
“SE AUTOEXCLUYERON”
Rivas reiteró que el estadounidense Centro Carter y el organismo cívico Ética y Transparencia, capítulo local de Transparencia Internacional, se “autoexcluyeron” de vigilar los comicios y eso “es problema de ellos”.
Esos dos organismos criticaron el “reglamento de acompañamiento” aprobado por el CSE, al considerar que es confuso y lesiona los derechos de los observadores.
En las elecciones del 6 de noviembre, unos 3,4 millones de nicaragüenses elegirán a su presidente, vicepresidente, 90 diputados en la Asamblea Nacional y 20 ante el Parlamento Centroamericano (Parlacen).