Agencias/VIDA
La exfoliación es la eliminación de las células muertas. La piel realiza este proceso de forma natural aproximadamente cada 28 días, pero, a medida que se envejece, este es cada vez más lento.
Las células muertas se quedan en la superficie y las nuevas no tienen espacio para crecer. Como resultado, la piel adquiere un tono cenicienta, una textura áspera y aparecen los puntos negros.
La frecuencia de la exfoliación dependerá del tipo de piel. Si es grasosa, habrá que hacerla dos o tres veces por semana, mientras que si es seca, bastará con hacerla una sola vez a la semana.
Un exfoliante natural muy adecuado es el azúcar. Para ello se deberá colocar una cucharadita de azúcar en la palma de la mano, humedecerla y después lavar y frotarla. También puede lavar y picar una zanahoria y licuarla por unos instantes. Mezclar el jugo resultante con una crema hidratante. Aplicar una vez por semana mediante masajes circulares para eliminar las células muertas.
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