El ex embajador de Estados Unidos en Nicaragua, Robert Callahan, y el experto en asuntos de América Latina, Ray Walser, opinan que si Daniel Ortega no gana estas elecciones, de cualquier forma habría un fraude electoral “masivo” y como consecuencia, Estados Unidos debería cortar la ayuda económica a Nicaragua.
Esta propuesta es parte de un análisis publicado por Callahan y Walser, titulado “Elecciones presidenciales en Nicaragua: Cómo Daniel Ortega podría avergonzar la democracia” en el que señalan el güegüensismo como una característica vigente en el comportamiento de los electores. En base a esto, no Ortega no podría confiar plenamente en los resultados de las encuestas, ya que podría ocurrir lo mismo que en las elecciones de 1990, cuando la mayoría de los encuestados aseguraban que votarían por Daniel Ortega, pero al momento de ejercer el escrutinio prefirieron votar por Violeta Barrios.
“El Gobierno de los EE.UU. ha ignorado o tolerado muchas de estas acciones claramente antidemocráticas, y posiblemente continuará permitiéndolas si éstas no empeoran, a pesar del estridente anti norteamericanismo de Ortega. Pero si estas elecciones están tan marcadas por el fraude como estuvieron las elecciones municipales de 2008, los Estados Unidos deben condenar claramente y con nombres el fraude y a sus perpetradores, y anunciar que no reconocerá los resultados y por tanto la victoria de Ortega”, indica el artículo que fue hecho circular por el diputado suplente en el Parlamento Centroamericano, Mauricio Díaz.