El domingo 6 de noviembre los nicaragüenses asistimos a las urnas electorales para expresar nuestra voluntad cívica, a pesar de tener un CSE de facto, una Policía Nacional sometida a los intereses del partido orteguista y las turbas sandinistas atemorizando a los ciudadanos. Pero con todo eso en contra de la población, fuimos para usar las vías democráticas sin ningún éxito.
Una vez más no se respetó la voluntad del pueblo. Asistí a varias Juntas Receptoras de Votos (JRV) en las que no se dio a conocer las actas de escrutinio. Cuando se preguntaba decían que había que ir al CSE para saber los resultados. Como a las dos la tarde llamé a varios jóvenes de diferentes movimientos laicales de la Iglesia, a quienes los habían acreditado como “fiscales amigos”. Uno de ellos me dijo: “Yo voté seis veces como fiscal de la ALN, se expulsó a los fiscales de la Alianza PLI y nosotros comenzamos a votar”. Otra de las jóvenes expresó: “Yo voté tres veces, fui fiscal del Apre y no se permitió la entrada de los fiscales del PLI”. Son muchos y no los puedo mencionar, los testimonios de adolescentes que ejercieron el papel de fiscales amigos.
También me llamó una persona que estaba en el Centro Nacional de Cómputos, amiga del presidente de facto Roberto Rivas y me confirmó: “Mirá Elba, aquí no hallamos cómo acomodar los datos que le den más del 60 por ciento de votos a Daniel Ortega; pero si ni los magistrados, ni funcionarios que pertenecen al Partido Liberal Constitucionalista (PLC), se opusieron, menos yo y otras personas que vemos como hoy enterramos la democracia de Nicaragua”, dijo.
Las cédulas de identidad no le llegaron a miles de ciudadanos que por eso no pudieron ejercer su derecho al voto. Esto es totalmente inaceptable, lo mismo que un CSE al servicio de Ortega, un candidato que corrió en estas elecciones generales pasando por encima de la Constitución Política del país.
Fuimos testigos de cómo se expulsó a los fiscales del PLI-UNE de las JRV para quedarse los orteguistas jugando entre ellos con la voluntad popular. Esto nos lleva a un futuro incierto de la nación, donde vemos como la gente anda frustrada, decepcionada, enojada y estos signos no son positivos para ningún gobierno.
Fue increíble ver al señor Rivas Reyes con el cinismo que presentó los datos o resultados. ¿Creerá que los nicaragüenses somos tontos? ¿Cómo podemos tragarnos el cuento de que departamentos como Chontales, Granada, Boaco, Jinotega, El Rama, Nueva Guinea, son sandinistas? Yo pienso que si hay gente que sufrió en la década de los ochenta en manos de los sandinistas, fue la de estas zonas, y jamás votarían en proporciones descomunales por un partido sandinista, ese cuento ni él mismo se lo cree.
La Ley Electoral en el Arto 168 párrafo segundo dice: “Si las nulidades son de tal magnitud que incidan en los resultados generales de las elecciones, el CSE declarará nula toda la elección o elecciones verificadas. Y el artículo 169 de la misma Ley establece que el CSE hará pública la declaración de nulidad y la pondrá en conocimiento del ¨presidente de la República y de la Asamblea Nacional, para que tomen las disposiciones del caso.
Esto es lo que se debe hacer para evitar el derramamiento de sangre, porque al acudir a las urnas el pasado domingo a la ciudadanía se le agotaron las vías democráticas para poder expresar su voluntad.
¡Dios bendiga a Nicaragua! La autora es periodista
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