Edgard Rodríguez
No era necesario estar en el MGM Grand de Las Vegas el sábado, para apreciar la sonrisa del promotor Bob Arum, aún cuando se empeñara en ocultarla, tras la apariencia candorosa que proyecta, pero que en realidad, quizá no tiene nada que ver con su esencia como ser humano.
Apenas iniciaba el debate generado por la ridícula decisión de los jueces, de darle a Manny Pacquiao una victoria que no conquistó sobre Juan Manuel Márquez, despojado de un triunfo laborioso, cuando Arum intentó zanjar el asunto.
“Si los boxeadores desean un cuarto combate, podríamos organizarlo en mayo del 2012”, explicó Arum, siendo muy preciso. “Los de HBO tienen como ganador a Pacquiao, pero el público a Márquez”, agregó el promotor.
Por tanto, las condiciones están dadas para un cuarto pleito entre el brillante pugilista filipino y el guerrero mexicano, quienes ofrecieron quizá el menos intenso de los tres duelos que han protagonizado, pero el más polémico por su veredicto.
Así las cosas, podría dar la impresión que nadie ha perdido. Que vendrá un cuarto pleito que todos querrán ver. Pero sí, ha perdido el boxeo. Su credibilidad, o lo que aún queda de esta, sufrió un gran golpe el sábado. El que ganó fue el negocio.
Y está tan cómodo Arum con lo que ha sucedido, que no solo recibió autorización de la OMB para organizar el combate de forma directa, sino que además rechazó la posibilidad de sentarse a negociar con la gente de Floyd Mayweather Jr., que estaba a la expectativa.
Ahora Mayweather tiene que esperar, gracias al valor y determinación de Márquez, quien aún siendo despojado de su triunfo, dejó tan buena impresión, que si él da el visto bueno, estará de nuevo con Pacquiao en el ring.
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