Wilder Pérez R.
El mundo se le abrió de súbito a una niña de 8 años. Eliuska solo había conversado con sus vecinos y compañeritos de clases en una escuela semirrural de Estelí. Pero ayer habló frente a unos 800 niños de Estados Unidos y Canadá.
“Les hablé del tiste”, aseguró. Asombrada por haber conversado por primera vez por medio de una videoconferencia, catalogó de “importante” la experiencia, pues conoció a niños de países lejanos que se interesaron en sus palabras, por medio de estudiantes traductores del Colegio Americano Nicaragüense.
Pero más importante aún es lo que hay detrás de esa conversación entre niños de dos mundos diferentes.
“Ahora ellos (los niños norteamericanos) van a realizar actividades para conseguir dinero… con el objetivo de construir huertos familiares en las zonas más vulnerables de Bosawas”, afirmó Martha Sánchez, coordinadora de la actividad en Nicaragua.
La última vez que hubo una videoconferencia como esta, siete meses atrás, los niños norteamericanos recaudaron 20 mil dólares para construir pequeñas escuelas en Estelí. Ya son cuatro con esta.
Según Sánchez, esto se logró por medio de la organización internacional Change for Children y el Centro Humboldt en Nicaragua.
Para Martha Flores, directora de la escuela Oasis de Bendición, a nivel individual, para los niños lo más importante es “haber salido de sus hogares” y establecer un contacto duradero con algunos niños de otros países.
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