Por Edith M. Lederer
NACIONES UNIDAS/AP
Alemania, Gran Bretaña y Francia presionaban para la aprobación de una resolución de la ONU que condene enérgicamente las violaciones de los Derechos Humanos de Siria y pida el cese inmediato de todo acto de violencia en el país.
Los tres países europeos decidieron avanzar con la resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas después de que la Liga Arabe confirmó el miércoles que suspendía a Siria y le dio al gobierno de Bashar Assad tres días para detener la violencia contra la población civil y aceptar una misión de observadores o de lo contrario enfrentaría sanciones económicas.
El embajador de Alemania ante la ONU, Peter Wittig, dijo que los europeos valoran el firme apoyo a la resolución.
“Esperamos que muestre a Assad cuán aislado está”, dijo Wittig.
Los europeos habían presentado la resolución en el comité de Derechos Humanos de la Asamblea General, pero siguieron presionando por su aprobación para ver si lograban conseguir apoyo árabe.
Los embajadores de Alemania, Gran Bretaña y Francia se reunieron con algunos de sus homólogos árabes la tarde del miércoles para discutir el camino a seguir después de la reunión de la Liga Arabe en El Cairo y obtuvieron un fuerte apoyo para buscar la resolución, dijo un portavoz alemán que habló bajo condición de anonimato debido a que la reunión fue privada.
Algunas delegaciones árabes dijeron que tienen la intención de copatrocinar la resolución, que será enviada a la Secretaría de la ONU el jueves y Wittig presentará en la comisión de Derechos Humanos de la Asamblea General el lunes, dijo el portavoz.
La Asamblea General podría votar sobre la resolución la próxima semana, dijo el portavoz.
A diferencia de las resoluciones del Consejo de Seguridad, las de la Asamblea General no son legalmente vinculantes, pero sí reflejan la opinión de los 193 países miembro de la ONU.
La ONU calcula que la represión militar del régimen de Assad ha provocado la muerte de 3.500 personas en los últimos ocho meses. Noviembre se perfila como el mes más sangriento de la revuelta, con más de 300 personas muertas hasta el momento.
