Acaba de terminar una novela basada en hechos reales sucedidos hace cinco años en Nicaragua. Trata sobre la muerte de una joven en el poblado de San Juan del Sur y en el que estuvo involucrado un ciudadano norteamericano. También tiene otras obras como El Fabuloso Blackwell , Abril hace lo que quiere y Qué sola estás, Maité.
¿De dónde nace su pasión por escribir?
De la vida. En cuanto abro los ojos veo lo maravilloso que es todo a mi alrededor.
¿Qué episodio de su vida podría convertir en una novela?
Ninguno.
¿Tiene algo de sus personajes?
Absolutamente nada. Ellos son más interesantes que yo.
¿En qué se inspira para escribir?
Yo casi no tengo inspiración. Yo escribo diario porque me gusta, pero también porque me cuesta escribir algo bueno.
¿Para quién van dirigido sus libros?
Para las mujeres y hombres. Para los flacos, gordos, bonitos, feos, bajos, altos, morenos, cheles, para los engreídos, los humildes, los cínicos, los románticos, los sabelotodo, los jóvenes, los viejos, para tu papá, para tu mamá y para tu hermana y para vos también.
¿Qué quería ser cuando era niño?
Médico, pero cuando miraba sangre, me desmayaba y todavía me pasa.
¿Cómo era como estudiante?
Muy mal estudiante. Solo me gustaba leer novelas y cuentos. Hasta el segundo año de la universidad me esforcé por tener buenas notas y ser disciplinado.
¿Qué le parecieron las elecciones de noviembre pasado?
La farsa más descarada que ha vivido Nicaragua.
¿Y de los políticos de Nicaragua qué me dice?
El 99.9 por ciento de ellos son unos grandes ladrones y sinvergüenzas.
¿Qué ha aprendido a su edad?
A tener calma, a escuchar consejos y hace poco aprendí a palmear tortillas.
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