Por Josué Bravo
CORRESPONSAL / COSTA RICA
La Policía de Fronteras y el Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) de Costa Rica decomisaron y luego sacrificaron 28 cerdos que estaban siendo trasladados de manera ilegal de Nicaragua al territorio tico, según confirmó el Ministerio de Seguridad Pública.
El decomiso se realizó el domingo y el sacrificio ayer lunes, tras un operativo iniciado a raíz de informes confidenciales a las autoridades fronterizas, según los cuales se estaba dando un ingreso de cerdos nicaragüenses a territorio tico por el poblado de La Cruz, distrito de Las Delicias de Upala, zona fronteriza.
La policía realizó el operativo de patrullaje y control en la zona fronteriza a un kilómetro al sur del mojón N° 13. En ese sitio fue interceptado un camión marca Toyota Dina, placas CL-102503, conducido por un nicaragüense de apellidos Martínez Trujillo, el cual posee estatus de residente en Upala, y quien transportaba tres cerdos en el cajón del vehículo. Además, en el corral de un costarricense de apellidos Quirós Quirós, donde el nicaragüense estaba cargando dichos cerdos para transportar hacia otro sitio, los policías encontraron 25 animales más.
Cuando la policía procedió a decomisarlos, Quirós opuso resistencia para evitar la incautación de los porcinos que él había adquirido e importado ilegalmente, según el Ministerio de Seguridad, por lo que también se le confeccionó un parte policial y se le remitió al juzgado contravencional de Upala.
La finca de Quirós se encuentra cerca del mojón 13, es decir junto a la línea limítrofe, lo que le facilitó introducir hasta su propiedad los animales provenientes de Nicaragua. El Servicio Nacional de Salud Animal de San Carlos ordenó el decomiso de los cerdos, luego sacrificarlos y enterrarlos en el botadero de basura municipal de Upala.
Según la policía, el nicaragüense únicamente facilitó su camión para realizar el flete o transporte ilegal de los cerdos desde Nicaragua, por lo que su vehículo fue fumigado por el personal del Senasa para evitar un eventual contagio de enfermedades que pudieran afectar el hato porcino tico.
En vista de que cada cerdo podría estar valorado en unos 80 mil colones, es decir alrededor de 150 dólares, las pérdidas para el finquero que importó estos animales al margen de la ley podrían estimarse en más de dos millones de colones, más de 4 mil dólares.