Vicente Maltés M.
Internista
En Navidad y Fin de Año muchas personas acostumbran realizar viajes al extranjero, pero siempre es conveniente recibir asesoría y chequeo médico ya que la medicina interna ha acumulado conocimientos sobre la medicina de los viajeros (emporiatría) para brindarles un alto techo de seguridad y bienestar.
El principal riesgo de un viajero está determinado por el estado de salud, itinerario o destino y las circunstancias durante el viaje.
Los ancianos y enfermos con problemas cardiacos y pulmonares son los que más preocupan. Quienes se han sometido recientemente a una operación o han sufrido un ataque cardiaco, derrame cerebral o trombosis venosa de miembros inferiores tienen riesgo elevado de complicaciones y muerte.
Estudios realizados reportan que de un 50 a 75 por ciento de personas que realizan viajes cortos se quejan de algún problema de salud.
La diarrea es la primera causa de enfermedad y un 40 por ciento de personas tienen que cambiar su agenda y hasta 20 por ciento deben guardar cama. Quienes corren más riesgo son los niños de pecho o lactantes, enfermos crónicos y ancianos.
Se consideran zonas de mayor peligro para la “diarrea del turista o viajero” el istmo centroamericano, algunos países de África, Sudamérica y el sudeste asiático.
Para ello su botiquín médico de viaje deberá contener en primer lugar todas las medicinas que toma regularmente y además: antialérgicos, laxantes, sueros orales, bloqueador solar, repelente de insectos, antidiarreicos y en algunos casos antipalúdicos.
De igual forma, al regresar a casa los problemas médicos más frecuentes son diarrea, fiebre, enfermedades respiratorias, entre otros, y debe volver a chequear su salud.
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