¿Dónde está mi voto? ¿Dónde está mi derecho? ¿Dónde está mi futuro? En el 2011 se los llevaron con unas elecciones que fueron una pérdida de tiempo, y ya se ha hablado de ellas tanto, que no vale la pena seguir lamentándose pues fue un juego donde escondieron las salidas.
Empezaremos el 2012 con una Asamblea dictando leyes a gusto y antojo y ahí marcarán mi voto, mi derecho y nuestro futuro; estamos en manos de un partido que no saldrá del poder ni hoy ni mañana. Nicaragua Nicaragüita, ¿qué ha pasado contigo? ¿Acaso llegaremos a decir que todo pasado fue mejor, aún cuando este dejó miles de muertos, miles de exiliados, economía semiestable con gobiernos antidemocráticos lo que dio el mejor elemento, nuestro derecho a ser hermanos nicaragüenses sin partidos?
Hace algún tiempo no se andaba preguntando de qué partido eras; hoy el orteguismo se enorgullece de hacerlo y estar en el poder con la finalidad de asegurarse un botín en el Estado. La verdad es que no debería de ser así, correspondería ser un gobierno de todos los ciudadanos, donde las oportunidades sean para los más capacitados, trabajadores, estudiantes esforzándose para ello. La realidad es que si deseas un trabajo hay que llevar “la magnífica” (carta de militancia). Esto me remonta al tiempo de los nazis y judíos, los últimos debían portar la estrella de David en su ropa, pues eran ciudadanos de segunda. En Nicaragua, si no llevas la magnífica, una calcomanía en tu vehículo y camisetas donde el lema es Daniel en el poder por siempre, sos un ciudadano de menos. ¿Quién nos asegura que en el futuro no impulsarán alguna ley que oficialice que seamos ciudadanos de segunda por el hecho de no hacerle propaganda al partido en el poder? Ojalá me equivoque, pero por la víspera se saca el día. La pregunta es, ¿por qué nos estamos quedando pasivos ante tanto abuso?
Entre las grandes respuestas puedo mencionar; que el país no ha caído en total desgracia pues somos el penúltimo de América en pobreza, quizás cuando seamos el último la sociedad estallará, mientras tanto tenemos obligaciones como pagar el alquiler, la tarjera de crédito, la escuela de los niños, la canasta básica por señalar algunas, no hay tiempo para la política, si dejas de trabajar quizás no comas ese día, hay que comprender a nuestros hermanos. Para colmo, Nicaragua ha dejado de ser noticia; las elecciones presidenciales pasadas fueron una muestra clara de que el resto del mundo tiene problemas mayores, pues sabiendo que la democracia está en su mínima expresión no hay apoyo internacional, tienen que cuidar sus Bolsas de valores, en vez de cuidar unas elecciones del tercer mundo. La posición generalizada trae la expresión francesa: Laissez faire, laissez passer (hay que dejar hacer, hay que dejar pasar); cada quien tiene que hacerse responsable de sus acciones como para quedarse en silencio y que otros hablen por nosotros, porque si no la política, al mejor estilo mafioso, se llevará la hermandad. Hoy ni el Himno Nacional cantamos y hay más banderas rojinegra que la bandera nacional azul y blanco. Que no se apropien de nuestro país legalmente, pues ya hay otra Nicaragua en el extranjero (exiliados), nuestro país del nunca jamás.
La autora es consultora turística.