Edgard Rodríguez C.
Barry Larkin, quien durante 19 años desplegó lo mejor de su excepcional talento desde las paradas cortas de los Rojos de Cincinnati, fue recompensado, ayer, al ser elegido para el Salón de la Fama del beisbol.
Jack Morris quedó fuera con su 67 por ciento de los votos, pero fue un aumento en relación al 54 por ciento que tuvo el año pasado. Morris estaba en su decimotercer intento.
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Bateador de .295 en su carrera, con 198 jonrones, 960 carreras impulsadas y 379 bases robadas, Larkin completó su juego con tres Guantes de Oro y llevó a los Rojos al título de la Serie Mundial en 1990.
El torpedero, nacido en Cincinnati hace 47 años, fue seleccionado por los Rojos en 1985 y debutó en las Mayores en 1986. Su campaña de más impacto fue 1995, cuando ganó el de Jugador Más Valioso, con promedio de .319, 15 jonrones, 66 empujadas y 51 robos.
Su promedio ofensivo más alto lo consiguió en 1989 con .342. El más alto número de jonrones fueron los 33 de 1996, año en el que también remolcó 89 carreras, su cantidad más elevada.
Larkin desempeñó un papel decisivo en la coronación de los Rojos en 1990, cuando barrieron a los Atléticos de Oakland. También fue a 12 Juegos de Estrellas y en 1993 ganó el premio Roberto Clemente por su aporte a la comunidad.
Junto a Ron Santo, un exantesalista de los Cachorros de Chicago, que será honrado póstumamente, tras ser elegido por el Comité de Veteranos, Larkin será exaltado al Salón de la Fama en una ceremonia el 22 de julio de este año, en Cooperstown, Nueva York.
Barry Larkin consiguió el 86.4 por ciento de los votos (495), superando de forma holgada el 75 por ciento necesario para ingresar al Salón de la Fama del Beisbol. Jack Morris quedó fuera con su 67 por ciento de los votos, pero fue un aumento en relación al 54 por ciento que tuvo el año pasado. Morris estaba en su decimotercer intento.
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