Por Judith Flores
Corresponsal/Miami
Exjefes de la Resistencia Nicaragüense radicados en Miami, acusan a la Policía y al Ejercito de Nicaragua, de ser los autores de la ejecución del cabecilla rebelde Santos Guadalupe Joyas Borge, conocido como “Pablo negro”, cuyo cadáver fue encontrado tras seis días de desaparición, en la zona fronteriza La Barranca, en Honduras.
Rafael Arias, comandante Atila, informó que el cuerpo de Pablo Negro presenta dos disparos, uno en la cabeza y otro a la altura del pecho.
El excontra asesinado se alzó en armas contra el gobierno de Daniel Ortega, en la agrupación denominada Fuerzas Democráticas Comandante 3-80 (FDC 380), era miembro del Estado Mayor de esa agrupación que ha comunicado a través de las redes sociales que “al igual que en los años 80, liberaremos Nicaragua”.
La versión que tiene la familia y los excomandos de la contra, a través de testigos presenciales, es que “Pablo Negro” fue detenido en el sector de Las Manos, inicialmente por una patrulla hondureña, y fue entregado a militares nicaragüenses que habrían ingresado a Honduras en tres vehículos, posteriormente el detenido habría sido trasladado a Nicaragua.
Eshman Ruiz, exjefe Contra, señaló que la amenaza que hizo el ex ministro del Interior, Tomás Borge, la está cumpliendo a cabalidad el orteguismo a través de “la Policía y el Ejercito Sandinista, todo con el afán de perpetuarse en el poder, un papel al que se prestan esas dos instituciones”.
Borge dijo que la permanencia en el poder debe ser sostenida a cualquier costo. “Todo puede pasar aquí, menos que el Frente Sandinista pierda el poder. Me es inconcebible la posibilidad del retorno de la derecha en este país. Yo le decía a Daniel Ortega: Hombré podemos pagar cualquier precio, digan lo que digan, lo único que no podemos es perder el poder. Digan lo que digan, hagamos lo que tenemos que hacer, el precio más elevado sería perder el poder”.
Para Ruiz esa amenaza no necesita de interpretación. Por su parte Atila denunció en Miami que fuerzas de la Policia y el Ejército han desatado una “cacería” en el campo con el propósito de confiscar armas de fuego para evitar un nuevo alzamiento en armas de personas inconformes con la dictadura de Ortega.
“Esta situación ha generado desplazamiento del campesinado hacia territorio hondureño. Los nicaragüenses no queremos guerra, pero el sandinismo esta empujando a la población. Ortega está orillando a la gente a alzarse nuevamente”, dijo Ruíz.
Ruíz informo que los excontras han enviado una carta vía fax al gobierno de Honduras, en la que solicitan al presidente de Honduras, Porfirio Lobo, realice una investigación para esclarecer el crimen debido a que fue encontrado en territorio hondureño.
Los excontras están recaudando fondos para trasladar el cuerpo del cabecilla rebelde a Nicaragua. Se prevé que ofrecerán una conferencia de prensa en las próximas 48 horas, para hablar sobre la situación del país, el afán de Ortega por perpetuarse en el poder y el asesinato de Pablo Negro.