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Cerebro veloz relación

Si pensáramos nuestro cerebro como un reino o territorio (como Azeroth o Skyrim, pongamos por caso), existiría una zona llamada estriado ventral, la cuál debería su influencia y poder a que guarda una de las sustancias más valiosas para nuestra apreciación de la realidad: la dopamina. Seguramente habrán oído que está relacionada con la felicidad, pero también con otros muchos impulsos.

No solo ellos…

Quizás una de las ideas más añejas y que data de los albores de la industria es que las consolas solo las poseen los infantes, pero es complemente falso.

La buena sensación de jugar

El placer del videojuego no es el mismo que dan los juegos de azar. Son sensaciones diferentes. Imágenes de resonancia magnética obtenidas de 154 niños, de 14 años de edad, mostraron que el estriado ventral de los que juegan un promedio de nueve o más horas a la semana era considerablemente mayor que el de los que jugaban menos horas. El estudio no es concluyente sobre si jugar aumenta el tamaño de esta zona del cerebro o si en cambio los niños con mayor materia gris en el estriado ventral serían más propensos a jugar videojuegos y obtener placer por ello.

Un negocio eficaz y lucrativo

La idea para comercializar videojuegos solía ser simple hace una década, los grandes fabricantes como Nintendo, Sony y Microsoft junto a otros que se han quedado en el olvido, lanzaban sus consolas con la conciencia de que habría un margen de pérdida por unidad, pero a largo plazo redituaría jugosos ingresos en regalías con la venta de títulos producidos para dicha plataforma. Los desarrolladores han puesto a trabajar a sus departamentos de mercadotecnia para mejorar sus habilidades al poner el producto final en un consumidor exigente.