Edgard Rodríguez /Zona de Strikes
Los mánager se distinguen en cuanto a calidad, perspicacia y habilidad para administrar el picheo.
Julio Sánchez y Omar Cisneros no son ajenos a esos métodos de evaluación y cada quien, a su estilo, se ha forjado un nombre.
Cisneros tiene más recorrido como mentor. Inició más temprano porque, a diferencia de Sánchez, no tuvo experiencia como jugador.
Su fuerte es el dominio de la palabra. Un motivador por excelencia y se ha preparado para llegar a dominar el juego. Es intuitivo y valiente.
Sánchez es metódico. Su formación militar lo impulsa a contemplar todos los escenarios y no descuidar los detalles. Todo lo planifica.
Omar tiene más títulos en Primera División, pero también más reveses, y aún busca su primera corona en el beisbol rentado.
Julio, quien ganó tres cetros de beisbol superior en sus primeros cuatro años, intenta también capturar su primer título profesional.
En más de un momento fueron compañeros en la Selección Nacional y se han rotado en los puestos de dirigentes y de coach.
Ahora están enfrentados en la batalla por la corona de esta VII edición de la LNBP y, a decir verdad, no lo han hecho mal. Han lucido bien.
Fiel a su estilo, Julio ha ido al pie de la letra con su plan. Y apegado a su forma, Omar ha sido más atrevido, mientras exprime el talento que tiene.
Al final del día, lo que hay es un duelo por el título, y por los egos. Ninguno se quiere dejar del otro y ya vamos a ver quién se impone.
Por ahora Sánchez está más cerca de la meta, y con mejores recursos, pero aún falta la mitad del camino, y Omar dice que la lucha sigue.
Vamos a ver qué pasa pero hasta el momento, Sánchez y Omar, han hecho un buen trabajo, cada cual a su modo.
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