Fabio Gadea Mantilla
Querida Nicaragua: cuando éramos cipotes y no había televisión, ni celulares ni Internet, y apenas se conocían algunos radios de onda corta, los muchachos solíamos jugar en las calles, bajo los postes de luz. Jugábamos canicas, trompos, la gallina ciega, rayuela y varios otros juegos. Cuando el cipote más vivo engañaba a otro y lo hacía lucir como tonto, le repetía burlescamente este estribillo: “así se engaña a los bobos con manteca de garrobo”.
Aquella broma burlesca era frecuentemente usada por los cipotes más “lagartos”, en realidad sinvergüenzas porque muchas veces robaban caramelos, frutas o cualquier otra golosina. Eran los vivos del barrio, y les encantaba rematar sus vivezas con el estribillo mencionado: “así se engaña a los bobos con manteca de garrobo”.
Hace poco estuve observando los números de los programas sociales del gobierno: Hambre Cero, Usura Cero, Calles para el pueblo, Vivienda digna, Operación milagro, Operación sonrisa, Programa amor, etc., etc. Ninguno de ellos llega ni al uno por ciento de la población. En total, todos los programas sociales de que el gobierno hace gala, y con los cuales se llenan la boca don Daniel y doña Rosario en los canales 4, 6, 8, y 13, donde aparecen repartiendo casas, títulos de propiedad, etc., no alcanzan más que el 12.5 por ciento de la población, es decir que el 87.5 por ciento del pueblo no recibe nada.
Al examinar estos números que presentó el prestigioso economista don Adolfo Acevedo, tomados de la Encuesta Nacional de Medición del nivel de Vida del año 2009, y ver el poquísimo provecho que el pueblo saca de los programas sociales, me acordé del estribillo de los cipotes del cuento: “así se engaña a los bobos con manteca de garrobo”.
Cuando usted vea a la pareja gobernante entregando una casita a una familia pobre, a precio justo como ellos dicen, no crea que todos los pobres reciben casas. Es apenas el cero punto uno por ciento de la población. Todo el resto no recibe nada.
Pero la teleaudiencia de los canales 4, 6, 8 y 13 queda impresionada creyendo que este es el gobierno de los pobres, que don Daniel es el único presidente que piensa en los pobres.
Cuando Ortega entrega los títulos de propiedad a la pobre gente les dice que son dueños legítimos de su lote. Y tiene razón, porque cuando el dueño verdadero de los terrenos reclame, el Procurador de Justicia y el señor Fiscal serán mudos, ciegos y sordos.
Ahí es cuando yo me remonto a mis años escolares y recuerdo a los más vivos, a los que en son de burla decían: “así se engaña a los bobos con manteca de garrobo”.
Pero nuestro pueblo no es bobo. Sabe que los grandes programas sociales con los que se llenan la boca los danielistas son pura hojarasca, pura palabrería, no son más que una propagandización de un supuesto gobierno que favorece a los pobres. Están queriendo engañar al pueblo como si este fuese tonto, y lo hacen a través de sus medios de comunicación, en medio de las consabidas telenovelas que tienen gran audiencia. Algunos podrán caer “engañados como bobos, con manteca de garrobo”, pero la mayoría no se engaña nunca. Por algo votó masivamente en contra del danielismo y este tuvo que hacer un enorme fraude. Está más claro que el agua.
El autor es director general de Radio Corporación.
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