Por Fátima Arellano. Fotos de Alfredo Zúniga.
Quizás la primera impresión que transmita Celia sea la de una chica fresa, creída, antipática o altiva, hijita de papi y mami. Quizás por eso, a manera de parodia, interpretó el papel de Shirley Estefanía en “¡Qué alegría más alegre!”, la telenovelita transmitida por Primera Hora.
Sin embargo, la personalidad de Celia está lejos de todo eso. Ella reconoce vivir muy en su “mundo” y solo dedicarle tiempo de calidad a las personas que considera realmente parte de su vida. Admite ser distraída de vez en cuando y prestar muy poca atención a los demás, pero de chica fresa tiene muy poco; al contrario, procura mantener sus pies muy firmes sobre la tierra y siempre poner en práctica los valores que sus padres le han inculcado.
“Sí nací con todas las comodidades del mundo, pero no somos una familia con excentricidades. Sigo siendo hija de dominio. Yo vivo con mis padres y los apoyo en todo lo que puedo. Confieso que soy testaruda, a veces tengo reacciones impulsivas, pero no soy orgullosa ni soberbia. Las personas tienen esa percepción sobre mí. De primer impacto creen que soy seria, altiva, pero nada que ver. Soy muy leal y trato de ser excelente persona, hija y amiga”.
Mujer de agenda
Una de las cualidades que Celia posee y afirma sentirse orgullosa es de planificar todas las metas que desea alcanzar. Ella es muy organizada y responsable con su trabajo, tanto que los retos y desafíos no la atemorizan porque está acostumbrada a trabajar duro para lograr sus objetivos.
Su rostro no es para nada desconocido. Primero trabajó para Canal 10, de donde se retiró para estudiar en Argentina una maestría en Administración de Empresas con énfasis en Publicidad y Comunicación Institucional. A su regreso, se incorporó al equipo de Primera Hora producido por Canal 2, donde permaneció por dos años hasta que optó por darle un giro necesario en su vida, el cual sorpresivamente la llevó a dar otro.
“Desde hace casi dos meses soy la directora de la cuenta de Claro en la Agencia de publicidad en Target. Fue un giro que deseaba realizar porque salí de la televisión para poner en práctica todo lo estudiado en mi maestría. Sentí la necesidad de emprender un rumbo laboral más concreto porque no quería seguir envejeciendo sin lograrlo. Primero tuve la gran oportunidad en Movistar, donde estuve como coordinadora de alianzas y cuentas claves por ocho meses. Aprendí muchísimo todo el tiempo que estuve ahí, pero descubrí que me gustaba más el área de la publicidad que el de alianzas. No busqué cambiar de trabajo, pero creo que surgió en un buen momento. Ahora dirijo a todo el equipo que trabaja para Claro, que es mi cliente, y me siento muy satisfecha porque la experiencia ha sido excelente”.
Su futuro visto desde su interior
Celia es una joven con sueños y temores como cualquier otra. No quepa la menor duda de que todo lo que se ha propuesto lo ha obtenido con mucha perseverancia y dedicación. Y, por supuesto, gracias al apoyo incondicional de sus padres y el de su novio Gustavo Montiel, un ganadero originario de Juigalpa, Chontales, con quien lleva ocho años de noviazgo.
“A futuro, me veo cosechando más triunfos en mi trabajo y haciendo proyectos independientes, tanto publicitarios como televisivos. Me veo feliz con mi pareja. Él me impulsó a ser presentadora, me ha visto florecer, tener éxitos y fracasos. Él, por así decirlo, fue el premio que obtuve cuando participé en el concurso de Reina del Carnaval Alegría por la Vida. Un amigo que trabaja para el carnaval fue nuestro cupido y desde entonces no nos hemos separado. Gustavo es guapo, muy inteligente y es un líder nato que valoro mucho. Me veo casada, todavía no pienso en hijos, pero sí me veo con él”.
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