Bogotá/EFE
El ministro colombiano de Defensa, Juan Carlos Pinzón, aseguró hoy que las fuerzas armadas no llevan a cabo operaciones en áreas donde pueda haber liberaciones de militares y policías secuestrados por las FARC y acusó a esa guerrilla de torturar psicológicamente al país.
Pinzón respondió así al anuncio hecho por las FARC de un aplazamiento indefinido de las liberaciones de secuestrados anunciadas en diciembre con el argumento de que la zona donde se proponía entregarlos está militarizada y el Gobierno quiere “a toda costa” un rescate militar de los rehenes.
Nadie ha mencionado “región alguna ni coordenada alguna”, subrayó Pinzón en declaraciones a Caracol Radio.
“Así que de ninguna manera el Gobierno adelanta operaciones en regiones en las que se considere que pueda haber liberaciones”, aseguró el ministro.
El titular de Defensa recordó que el Ejecutivo ha ordenado la suspensión de operaciones militares en las zonas en las que, en los años recientes, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han entregado de manera unilateral a rehenes.
Los rebeldes han entregado en el pasado, de manera unilateral, a una veintena de políticos, militares y policías, siempre en misiones coordinadas por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y encabezadas por la ahora excongresista Piedad Córdoba.
Pinzón rechazó que las FARC pretendan convertir ahora al Gobierno en “responsable del secuestro, de la manipulación y de todo tipo de crímenes y esta casi tortura sicológica a la que tienen sometido al país estas personas (los guerrilleros)”.
Los rehenes por liberar son el militar Luis Alfonso Beltrán Franco y los policías Carlos José Duarte, César Augusto Lasso Monsalve, Jorge Trujillo Solarte, Jorge Humberto Romero y José Libardo Forero , todos ellos con más de seis años de cautiverio.
Las FARC anunciaron a finales del pasado diciembre la puesta en libertad de estos seis rehenes, cuyas identidades revelaron en el transcurso del último mes.
En una declaración divulgada hoy en su página en internet, las FARC, la mayor y más antigua guerrilla del país, aseguró que “militares patriotas” alertaron de “las intenciones del gobierno (del presidente Juan Manuel) Santos de procurar a toda costa un rescate militar”.
“El área que habíamos escogido para la liberación de los prisioneros de guerra (…) ha sido
militarizada injustificadamente por el Gobierno de Colombia, lo cual nos impone aplazar su concreción”, sostuvo el Secretariado (mando central) de las FARC.
A pesar de todo, las FARC prometieron que una vez que “amaine la insania que se ha apoderado del Palacio de Nariño (sede presidencial)” hará un nuevo intento de liberación de los seis rehenes.