Con la aprobación de la Ley Integral contra la Violencia hacia las Mujeres por parte de la Asamblea Nacional, se ha logrado con justa razón que el asesino pase más tiempo en la cárcel, pero el tiempo nos dirá si esta Ley se aplicará de manera justa.
Cuando el asesino sea un hombre, como Cleotilde López, no me cabe la menor duda que así será. Pero, ¿qué pasará cuando el asesino sea un ahijado? ¿Se aplicará con la misma fuerza?
Volviendo al tema de la violencia, cuando una mujer interpone la denuncia, es porque las cosas han llegado al extremo y solo siente temor y horror.
Infinidades de veces hemos leído que la víctima había interpuesto denuncia contra su cónyuge, sin embargo, se arrepiente de haberlo denunciado, retiran la denuncia y terminan perdonándolo, esto le ha costado la vida a incontables mujeres nicaragüenses, especialmente a aquellas, de los sectores más empobrecidos, quienes por dependencia económica, emocional, por chantaje o por la falta de acompañamiento y conciencia de esa realidad abandonan los casos y por otro lado no hubo seguimiento de oficio por parte del organismo correspondiente.
La Ley es un instrumento que debe aplicarse independientemente de quienes sean los implicados y esta debe motivar a las familias, amigo o vecinos a tomar una actitud de protección o de denuncia, sobre algún hecho de violencia, a fin de que las instituciones correspondientes intervengan en la prevención o detección de relación de parejas en donde se vive violencia.
Cuando la mujer busca protección y auxilio, ella misma ya se ha ayudado, ahora se le debe brindar acompañamiento y facilitar todas las herramientas.
La educación es una manera efectiva para que se libere de la dependencia del agresor, para que asuma que su vida vale más que ese agresor.
Con la nueva Ley debemos de procurar que todos la conozcamos y demandemos su aplicación, pues seguramente el asesino será condenado, supongo (no la he leído) a treinta años de cárcel, pero esperemos que no sigan muriendo más mujeres y así podremos decir que con la Ley se ganó. Pues creo que por todos los antecedentes un asesino no llega a cumplir los treinta años en la cárcel, pues siempre hay justificaciones para que salga entre ellas.
El asesino seguramente dirá que en la cárcel encontró a Dios, que está arrepentido, que ha trabajado y al final buscarán como reducirle la pena por buen comportamiento. Que tiene enfermedad grave, que es valetudinario como algunos que ya lo han argumentado y están con casa por cárcel.
Si la Ley le pusiera un alto a los asesinatos, me alegraría. Se requiere mayor voluntad política para aplicar políticas de respeto, protección y desarrollo integral de los seres humanos de mujeres, hombres, jóvenes y niños para superar este mal de la violencia que no es únicamente contra las mujeres sino también contra niños, adultos y mayores.
Lo primero que tenemos que hacer —y es lo que estamos promoviendo en la Coalición Cívica— es un amplio debate sobre el contenido de la Ley, divulgarla y lograr que todos y cada uno la respetemos y contribuir de esa manera a evitar las terribles cifras de años anteriores y que en el primer trimestre ya estas cifras se dispararon no podemos seguir permitiendo que se cometan y quede en impunidad en este tipo de delitos. El autor Coordinador de Comisión Jurídica de la Coordinadora Civil, Red Managua.
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