La ciudad siria de Homs vivió entre la noche del viernes y la madrugada del sábado “una catástrofe en todo el sentido de la palabra”, según relataron dos testigos del bombardeo del régimen. El Consejo Nacional Sirio (CNS) calificó este ataque como “uno de los más brutales crímenes” que comete el régimen de Bachar al Asad desde el inicio de las revueltas el pasado marzo.
Rusia y China volvieron a bloquear una condena contra el gobierno de Al Asad, tal como habían hecho el pasado 5 de octubre.
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Uno de los testigos, Abu Bilal Al Homsi, explicó que él mismo ayudó a recoger restos humanos diseminados tras la ofensiva del régimen, y que entre estos había “cadáveres de niños descabezados”.
Al Homsi aseguró que el número de fallecidos aumenta debido a la ausencia de tratamiento médico adecuado por “las dificultades sobre el terreno y por el bloqueo de las fuerzas del régimen” sobre esta ciudad del centro de Siria, bastión de la rebelión contra el presidente Bachar al Asad.
“Las cifras que tenemos indican que más de 260 personas murieron y otras 500 resultaron heridas en esta masacre”, agregó este activista.
Esa misma cifra de víctimas mortales fue aportada hoy por el CNS, la principal organización opositora, que también alertó sobre la posibilidad de que la cifra crezca en posteriores recuentos.
PUNTOS CLAVES
Las fuerzas gubernamentales utilizaron, según Al Homsi, armamento pesado como disparos de mortero, que procedieron de tres lugares: la sede de los servicios de inteligencia en Homs; el barrio Karam Chemchem, habitado por una mayoría alauí; y un puesto de control militar establecido en las afueras de la ciudad.
El activista reveló que los opositores pudieron infiltrarse en las líneas de comunicación militar y así supieron, al escuchar las conversaciones de los oficiales con “walkie-talkies”, que los bombardeos con mortero no cesaron hasta que se acabaron las municiones.
Otro testigo, que pidió ser identificado como Abul Ward al Masri, confirmó la existencia de cuerpos de niños decapitados, y aseguró que el barrio de Al Jaldiya fue el más afectado tras ser bombardeado “de manera indiscriminada con bombas con metralla, proyectiles y obuses de tanques”.
“Es una catástrofe en todo el sentido de la palabra”, aseveró Al Masri, quien explicó que los heridos reciben tratamiento en sus barrios, por parte de estudiantes de medicina voluntarios. “Hay todavía algunos cadáveres debajo de las casa derrumbadas y los estamos sacando con nuestras propias manos por falta del equipamiento adecuado”, relató.
NIEGAN BOMBARDEO
El régimen sirio ha negado, a través de la agencia oficial Sana, que sus tropas lanzaran una ofensiva en Homs, y atribuyó las informaciones a la “escalada de los grupos armados y del consejo de Estambul (en referencia al CNS) en sus tribunas mediáticas para instrumentalizarlas en el Consejo de Seguridad”.
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