EFE
Los más de 800 millones de usuarios que se unieron a Facebook han convertido a la red en tema recurrente de conversación en todas las situaciones sociales, pero algunos rebeldes, tecnófobos o temerosos por sus datos privados aún se rehúsan a zambullirse en esa corriente.
Es difícil de sobrellevar para los rebeldes del siglo XXI que se niegan a unirse a Facebook: la presión de su entorno, que pide al rezagado que se una al enjambre.
“Finalmente me rendí, ahora tengo 200 amigos”, dijo a AFP Matthew Herman, un diseñador de modas de 31 años que abrió su perfil el sábado luego de rehusarse a hacerlo durante años.
“Simplemente no quería participar en algo que tenía como absorto a todo el mundo. Pero, sabes, cada vez más tenían lugar eventos sociales de los que no tenía noticia, porque me decían: ‘Oh, no estás en Facebook, me olvidé totalmente (de invitarte)’”.
Además, en las fiestas y reuniones Matthew no sabía de qué estaban hablando los demás por lo que acabó rindiéndose a la red .
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