Pablo Fletes
Pocas horas antes de su enfrentamiento del sábado ante Marco Antonio Rubio, Julio César Chávez Jr. fue acusado de manejar borracho en la ciudad de Los Ángeles, California, apenas dos semanas antes de este importante combate.
Inmediatamente, al conocerse la noticia fue un tema de discusión en las redes sociales, e incluso se llegó a creer que sería un montaje, porque el anuncio lo hizo la revista The Ring , que ahora maneja Oscar De La Hoya y su empresa Golden Boy Promotions, rivales de Bob Arum y la empresa Top Rank, que dirigen a Chávez.
Sin embargo, el Junior mexicano demostró que sí será un dolor de cabeza para la industria, porque después del claro triunfo que obtuvo sobre Rubio, por decisión unánime en 12 rounds, no se presentó a cumplir con la prueba del antidoping.
Cobijado por la imagen de su padre y el CMB, que dirige el mexicano José Sulaimán, Chávez Jr. no cumplió con esta prueba, y no se sabe si lo hizo para ocultar algo.
Chávez Jr. aceptó que tuvo problemas con el peso, y eso se resuelve consumiendo diuréticos que son prohibidos en el boxeo, como lo hizo en su momento Ricardo Mayorga, lo que puede costarle hasta una suspensión.
Además de no cumplir con el antidoping y manejar borracho, Julio César Chávez Carrasco estuvo a punto de ser descalificado, porque su padre incursionó en varias ocasiones al ring a pesar que no estaba inscrito como esquina. Ese hecho causó malestar en la Comisión Atlética de Texas, que puso en jaque a la esquina dirigida por Freddie Roach.
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