EFE/AFP
Los legisladores republicanos Ileana Ros-Lehtinen, David Rivera y Mario Díaz Balart, y el demócrata Albio Sires defendieron el embargo a Cuba como un imperativo “moral” para promover la “primavera” democrática en la isla, en alusión a las protestas en países árabes.
Ros-Lehtinen señaló que la acción se mantendrá hasta que el Gobierno de Cuba convoque elecciones “libres, justas y transparentes”, libere a todos los presos políticos y establezca la libertad de expresión y de prensa.
Mientras, Díaz Balart manifestó que Washington debe “fortalecer las sanciones contra el régimen” que lidera Raúl Castro para privar al Gobierno cubano de un apoyo financiero y respaldar a los activistas pro democracia en la isla.
La Sección de Intereses de Cuba, por su parte, divulgó ayer un documento en el que cita las consecuencias negativas “del bloqueo económico, comercial y financiero” de EE. UU. pese a que la Asamblea General de la ONU pide su eliminación desde hace años.
Las autoridades cubanas consideran positivos los cambios ordenados por Obama, aunque también “insuficientes y extremadamente limitados”, y que, además, “no están pensados para alterar la compleja estructura de leyes, regulaciones y cláusulas que conforman la política de bloqueo contra Cuba”.
La Habana calcula que desde 1962 el embargo ha causado daños económicos superiores a los 104,000 millones de dólares, aunque el vicecanciller Abelardo Moreno ha elevado esa cifra por la devaluación del dólar a casi un billón de dólares.
Pese al embargo, el flujo de personas y remesas va en aumento. El año pasado, unos 300,000 cubanoestadounidenses visitaron la isla, y se calcula que en 2012 el número podría llegar al medio millón.
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