WASHINGTON / EFE
El resurgimiento de Rick Santorum en la contienda electoral republicana tras su victoria en Colorado, Minesota y Misuri evidenció ayer otra vez que el candidato favorito, Mitt Romney, no convence y amenaza el plan de Newt Gingrich de presentarse como la verdadera alternativa conservadora.
Santorum no perdió tiempo en estados que daba por perdidos como Florida, y decidió concentrar sus esfuerzos en otros como Colorado, donde pasó nueve días casi pidiendo el voto puerta por puerta, como hizo en Iowa.
El resultado: sus triunfos en Colorado, Minesota y Misuri, después de que su continuidad en la contienda llegara a estar en duda hace diez días por la hospitalización de su hija menor, Bella, que padece un mal incurable.
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Santorum, exsenador por Pensilvania, reveló ayer que su campaña recaudó unos 250,000 dólares solo en la noche del martes tras sus victorias, y adelantó que ahora se centrará en atacar directamente al presidente Barack Obama.
Obama “se cree el tipo más inteligente del país” y, por ello, considera que “debe decirle a la gente en qué creer y cómo vivir sus vidas“, ironizó Santorum, en referencia a una polémica norma del Gobierno que obligaría a las instituciones católicas a ofrecer métodos anticonceptivos a sus empleados.
Por su parte, la campaña de Romney, el gran perdedor con su segundo puesto en Colorado y Misuri y un tercer lugar en Minesota, reiteró su mensaje de que es imposible ganar en todos los estados que celebran caucus y primarias.
Pese a los triunfos contundentes de Romney en estados como Nuevo Hampshire, Florida y Nevada, la pregunta de ayer era si es el candidato idóneo para el Partido Republicano, cada vez más influido por conservadores evangélicos y activistas del Tea Party.
Analistas coinciden en que la pérdida de Romney en Minesota le supone una derrota significativa en la que gastó tiempo y dinero en ese estado y en Colorado, y además había ganado en ambos con comodidad en las primarias de 2008.
En cuatro de los ocho estados que han celebrado primarias o caucus (Iowa, Nevada, Minesota y Colorado), Romney ha conseguido menos votos que en 2008, según un análisis de The Wall Street Journal.
Si la campaña de Romney tiene motivos para preocuparse, peor es el escenario para Gingrich, expresidente de la Cámara de Representantes y quien, tras su único triunfo en Carolina del Sur, se presentaba como la mejor alternativa al exgobernador Romney para captar el voto de los más conservadores.
Gingrich no había hecho una campaña muy intensa ni en Colorado ni en Minesota, e incluso siguió el desenlace de la noche electoral desde Ohio, donde ya se prepara para el “supermartes” del 6 de marzo. El cuarto aspirante, Ron Paul, logró un sorprendente segundo puesto en Minesota.
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