Wilder Pérez R
La Niña es una palabra que encierra ternura, pero no para los agricultores. En época lluviosa trae inundaciones y en el período seco del año provoca un exceso de humedad que daña los cultivos.
“Es preocupante cada vez que te mencionan La Niña”, afirma Manuel Álvarez, presidente de la Unión de Productores Agropecuarios de Nicaragua (Upanic), una de las organizaciones gremiales más importantes del país.
300 fenómenos relacionados con la naturaleza afectaron a la humanidad el año pasado, entre ellos La Niña.
200 millones de personas resultaron afectadas a causa del impacto de eventos como las lluvias, sequías, entre otros.
366 mil millones de dólares en pérdidas económicas causaron estos desastres , según las Naciones Unidas para la Reducción de Desastres (UNISDR).
[/doap_box]
Aunque los grandes productores todavía no perciben sus efectos, algunos pequeños han reportado pérdidas de hasta el 50 por ciento de sus cultivos por culpa de lluvias tempranas atribuidas a La Niña.
Álvarez no cree que la época seca del año cierre en números negativos, pero tampoco se arriesga a hacer cálculos cuando un fenómeno como este se presenta.
“Es que basta con que te digan La Niña para estar preocupado”, insiste el productor.
El Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter) confirmó la semana pasada que Nicaragua, al igual que el resto del mundo, está bajo los efectos del fenómeno de La Niña.
Esto se traduce en exceso de lluvias en casi todo territorio nacional. Pero como en febrero predomina la temporada seca del año en Nicaragua, lo que se presentan son días nublados y lloviznas dispersas en todo el país.
Los científicos del Ineter explicaron recientemente que, más que las precipitaciones, lo que provoca daños en la agricultura es la humedad en estos momentos.
Esto se debe a que los fuertes vientos, característicos de esta época, arrastran humedad desde el mar Caribe, y la depositan casi de manera constante en territorio continental nicaragüense. A veces acarrean ejes de vaguada, nubes capaces de producir lluvias o chubascos de moderada intensidad, aunque no siempre en febrero.
Alvarado mencionó que las “bajas” en la producción hasta el momento no son considerables, pero que los productores están a la expectativa, ya que no solo La Niña puede tener presencia, sino también El Niño, que causa sequías, especialmente sentidas en la estación lluviosa.
El Ineter informó que las condiciones de La Niña podrían permanecer hasta mayo, pero todavía es prematuro para saber si habrán condiciones de El Niño o neutrales después de ese mes.
La Niña es considerada por los científicos como una extensión de El Niño. Sin embargo, este año La Niña vino sin que previamente se haya presentado El Niño.
El Niño lleva ese nombre porque en el siglo pasado los pescadores peruanos notaron que el mar se calentaba en la misma fecha del nacimiento de Jesús. Ese calentamiento altera la atmósfera.
Ver en la versión impresa las páginas: 5 A