Josué Bravo
Los dimes y diretes entre funcionarios de los gobiernos de Costa Rica y Nicaragua por el conflicto originado por el dragado del río San Juan siguieron al “rojo vivo” ayer luego que la mandataria costarricense, Laura Chinchilla, respondiera a las críticas de Edén Pastora, quien está a cargo de las labores de limpieza del río.
“El presidente Ortega en dos o tres ocasiones brindó mensajes en busca de puntos de coincidencia, y ahora sale este señor con sus locuras tradicionales, ofensivo, o no sé si es que lo pondrán a decir otras cosas”, dijo.
“Yo lamento muchísimo esta actitud de alguien a quien le salvamos la vida en algún momento”, reiteró Roverssi en alusión a las críticas del exguerrillero Edén Pastora.
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El exguerrillero afirmó esta semana que la presidente Chinchilla había realizado un “ecocidio” con la construcción de una carretera fronteriza de 160 kilómetros de extensión a orillas del caudal.
Chinchilla, al juramentar a un grupo de bomberos ambientales que intentarán mitigar los efectos ambientales por la construcción de la vía, respondió a lo que considera “agresión verbal de la que seguimos siendo nosotros objeto de parte de
algunas personas que viven en el otro país”.
“Pero así como en su momento dijimos que los cobardes son aquellos que presumen ser valientes frente a los desarmados y frente a los débiles, hoy tengo que decirles que las ofensas, dependiendo de la fuente que las origina, más bien resultan un halago para nosotros”, expresó la mandataria.
La televisión local reprodujo las declaraciones de Pastora al Canal 15 de Nicaragua, donde dijo que a Costa Rica le molesta el desarrollo de Nicaragua y además, que a “Doña Laura”, no le importa el daño que “nos haga, y eso nos da legitimidad a nosotros de hacer lo que queramos en nuestro territorio”.
“De manera que no tenemos que preocuparnos, que no debemos de rebajarnos a esos niveles, Costa Rica está por encima de ese tipo de insultos. El modelo de desarrollo costarricense es mundialmente reconocido por ser respetuoso del medioambiente. Hay ciertos insultos que, dependiendo de quién vengan, más bien se convierten en halagos”, ripostó la mandataria.
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