Inés izquierdo
En latín existen varios verbos que se corresponden con nuestro amor en idioma español. En primer lugar tenemos amare, que es la palabra básica para amar, y que incluso aún lo es en el italiano moderno
Los romanos la usaban de igual forma para referirse a la parte afectiva como al sentido romántico o sexual.
Es curioso que de este verbo viene amans (un amante, amador, amante profesional), de ahí que lleve implícito el vínculo con lujuria se relacione con amica (novia), y fíjense que este vocablo se empleaba como un eufemismo para referirse no a una amiga, sino a una prostituta.
Pero con la evolución, de esa misma raíz nace amicus, que sí es el término que conocemos como amigo y el de yamicitia, para referirse a la amistad, y que en sus orígenes se basaba en el provecho mutuo, y se correspondía con más exactitud con deuda o influencia.
Lamentablemente hay personas que aún buscan sus amistades desde ese punto de vista. Son aquellos que cuando tienes algún problema desaparecen de tu entorno.
Y aunque en el latín a veces se empleaba amare con el sentido que damos en español a gustar, al final quedó esta noción mejor definida con placere o delectare, que eran de uso más coloquial.
Hay muchas palabras para referirse al amor, unas más sublimes, otras más carnales, lo importante es que fuera de los límites de las palabras, este sentimiento universal cada vez es más amplio y abarca muchos sentires diferentes.
Como dato curioso les cuento que en inglés el término love también tiene mucho significado, y a diferencia de nuestro idioma los angloparlantes tienen un significado adicional, vinculado con el simple gusto por algo.
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