Edgard Rodríguez
El torneo de beisbol que inicia el viernes no debe ser muy diferente que el anterior. Digo, en relación a la calidad. Incluso corre un grave peligro, y es que sea muy desnivelado, algo que se procuró evitar en el anterior, cuando se distribuyó a los jugadores por categorías.
Dicha distribución, permitió que clubes como Río San Juan, Nueva Segovia, Madriz o Boaco, pudieran disponer de al menos tres jugadores foráneos de calidad, para tratar de nivelar a sus equipos, sacrificando no obstante, a los que habían trabajado con sus bases.
Ahora se da un paso atrás, es decir, los jugadores son regresados a sus localidades. Y otra vez, se volverá a ver tropas sólidas a un lado y frágiles al otro. Pero para el futuro, este podría ser en realidad, un paso al frente. Una decisión que se toma de forma correcta.
Aquí se ha probado que los fanáticos tienen mayor identificación con los equipos, cuando estos son formados por jugadores surgidos de su seno, del barrio, el pueblo, la comarca. Y el jugador, tiene un extra de entrega cuando defiende la camiseta de su lugar de origen.
De modo que aunque veamos a unos Leones fuertes, a un Frente Sur competitivo o a un Bóer prometedor, se hace justicia con los que han atendido su beisbol menor, y a la vez, se emplaza a quienes lo han descuidado, que deben comenzar a hacer algo.
A nadie le gusta un torneo desnivelado, con juegos de resultados predecibles, pero no se debe seguir tapando el descuido de unos, quitándole al que ha trabajado. Entre más tarde se comienza a sembrar, más tarde se cosecha. Así que dejar a los jugadores en su lugar de origen era un paso necesario.
Ahora, lo importante es que se establezcan las bases para el futuro del beisbol y se dé seguimiento al proyecto, aunque ello implique sacrificar el nivel en el presente.
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