Por Josué Bravo
Corresponsal/Costa Rica
Darwin Ariel Flores Larios, un abogado nicaragüense, excapitán del Ejército y exfuncionario del Instituto Nacional Forestal (Inafor), tramita ante el gobierno costarricense asilo político asegurando ser “perseguido” por el gobierno sandinista en Nicaragua.
Flores Larios, de 57 años, ingresó ilegalmente a Costa Rica el pasado 28 de enero tras evadir a pie los controles migratorios fronterizos; pidió asilo político en el país, el cual quedó presentado esta semana ante el gobierno que preside la mandataria Laura Chinchilla.
“Mi nombre es Darwin Ariel Flores Larios. Soy nicaragüense, soy abogado, soy perseguido político en mi país, por el régimen de Daniel Ortega y como mi vida estaba en peligro, tuve que huir”, fueron las primeras declaraciones a la prensa costarricense de Flores Larios, publicadas el fin de semana por el rotativo La Nación.
Fue el martes que el abogado presentó su petición de asilo ante la cancillería del país, la cual será evaluada, como indica el proceso, por el canciller Enrique Castillo y la mandataria Laura Chinchilla, quienes toman tal decisión al respecto, pero el gobierno costarricense no se ha referido al caso.
El abogado, quien además en tiempos de la revolución sandinista de los años ochenta fue Capitán del Ejército; asegura haber sido sub director jurídico del Inafor hasta el año 2008, luego de denunciar irregularidades en la ejecución de recursos de la institución por 1,5 millones de dólares, aseguró.
El cuestionamiento del abogado es por las compras relacionadas a maquinaria agrícola y equipos para gurdaespaldas hechas por su jefe, William Schwartz Cunningham, a quien considera protegido de Daniel Ortega, según dijo a La Nación.
A raíz de las denuncias lo removieron de su cargo, asegura, pero él ganó un recurso de amparo ordenando que lo reintegraran en su puesto.
“Ahora me persiguen y me amenazan de muerte”, agregó.
“La sentencia fue dictada el 2 de marzo del 2010. Sin embargo, a pesar de que está a mi favor, y que manda que se me reintegre en mi puesto, las instituciones desacatan esta sentencia y, en vez de cumplirla me persiguen, abriéndome procesos legales viciados. Por haber ganado este proceso, la orden del frentismo, la orden del orteguismo, es que se me calle y la única forma de callarme es matándome”, añadió el abogado.
Alega que lo persiguen “físicamente, me persiguen en motocicleta, en camionetas, vigilan mi casa y donde voy. Soy perseguido por las fuerzas del orteguismo en Nicaragua”.
Un día antes de viajar a Costa Rica, tuvo que salir de su casa usando patios traseros porque sus adversarios, le tenían montada una vigilancia, comentó.
“Si yo vuelvo a Nicaragua, de seguro me van a asesinar”, asegura.