Por Josué Bravo
CORRESPONSAL / COSTA RICA
El gobierno costarricense no solo instalará cinco bases policiales en la carretera de 160 kilómetros cuya construcción paralela al río San Juan, genera daños ambientales, sino que además en sus zonas aledañas impulsará la siembra de palma africana, yuca y caña de azúcar para producir biocombustible.
El proyecto será impulsado por la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) y la Zona Económica Especial de la Región Huetar Norte (Zee); para generar fuentes de empleo para los pobladores de las comunidades aledañas.
“Lo que queremos es desarrollar la frontera y dar una opción a los vecinos, quienes han sufrido por muchos años la falta de recursos y empleos; del mismo modo queremos evitar que ellos tengan que vender sus propiedades y permanezcan en el área”, dijo Otto Corrales, funcionario de la Zee, tras un encuentro con funcionarios públicos y pobladores.
Recope será el ente encargado en realizar los estudios técnicos para el proyecto y la posibilidad de construir una planta de combustible que actualmente tiene que importar el país.
“Aún se desconoce cuántas familias se van a ver beneficiadas, ya que el trabajo se realizaría en conjunto con las extensas cantidades de territorio que ha dejado la construcción de los 160 kilómetros de la nueva carretera fronteriza.
Lo que sí se puede afirmar es que se mejoran las condiciones de vida de los ciudadanos de la zona”, añadió Corrales. Adicional a esto, el Ministro de Seguridad Mario Zamora, anunció la construcción de las cinco estaciones policiales al momento de inaugurar una base de Guardacostas en Barra de Colorado, zona fronteriza con Nicaragua en el Atlántico.
“Queremos que esa sea una vía donde la cual se promocione el desarrollo de la zona, pero que no sea utilizada por grupos criminales sobre todo del narcotráfico para las movilidades delincuenciales”, indicó el Ministro.
La construcción de esta carretera ha generado molestias en Nicaragua, la cual entabló una demanda contra Costa Rica en la Corte Internacional de Justicia, por los daños irreversibles que provoca al río San Juan.