Vivimos en un país democrático, donde supuestamente existe el Estado de Derecho y funciona la “instancia que corrobora lo democrático de las elecciones”. Pero ¿hasta qué punto realizar elecciones dentro de un partido es sano para las bases, militantes y dirigentes?
Considero, que es sano, porque es un derecho consagrado en la Constitución Política. Tenemos: Arto. 50: “Los ciudadanos tienen derecho de participación en igualdad de condiciones en los asuntos públicos y en la gestión estatal. Por medio de la ley se garantizará, nacional y localmente, la participación efectiva del pueblo”. Arto 51: “Los ciudadanos tienen derecho a elegir y ser elegidos en elecciones periódicas y optar a cargos públicos, salvo las limitaciones contempladas en la Constitución Política”, un ejemplo de esto es un condenado, que se le han restringido sus derechos.
Es decir que toda persona que cabalga en un partido político tiene derecho a elegir y ser electo, por medio de una elección interna del mismo, que los afiliados al partido escojan quién quieren que los represente. Un partido político, para las personas con seriedad y que han leído de su historia, no es un circo, es una asociación de individuos unidos por ideales comunes y que persiguen como meta alcanzar el control del Gobierno para llevar a la práctica esos ideales. El partido es el encargado de presentar candidatos para ocupar los diferentes cargos políticos, para eso movilizan a sus bases en busca del apoyo electoral.
Los partidos también organizan la labor legislativa, articulan y agregan nuevos intereses y preferencias de los ciudadanos, para que brinden su apoyo político a determinados programas socioeconómicos y valores, para formar gobiernos y establecer acuerdos políticos en el ámbito legislativo en pro de la ciudadanía.
Las autoridades que se elijan tiene que ser mediante elecciones democráticas, con participación de los electores, tienen que quedar a un lado las pasiones personales que no sobrepasen el debate serio y bien fundado. En un partido político se deben respetar las distintas visiones para que no se pierda la identidad democrática.
La elección es democrática cuando participan todos los militantes, siempre y cuando los candidatos trabajen limpiamente y sin descalificar, que tengan buenas propuestas.
Una elección primaria (primaria de nominación), o simplemente como primaria, es una elección en la cual los votantes bajo una jurisdicción seleccionan al candidato o candidata a la presidencia u otro cargo público. En otras palabras, es cuando un partido político nomina al candidato para la siguiente elección general.
Las primarias son más comunes en los Estados Unidos, no solamente para las elecciones presidenciales sino para escoger también a los candidatos a representantes, senadores, alcaldes y gobernadores, entre otros y sus orígenes se remontan al movimiento progresista. El primer partido en llevarlas a cabo fue el Progresista, de Theodore Roosevelt y le siguieron los partidos Demócrata y Republicano. Allí, las elecciones primarias se llevan a cabo por el gobierno en nombre de los partidos. En el resto del mundo, la nominación de los candidatos presidenciales es por lo general la responsabilidad de los partidos políticos y organizaciones y no incluye al público en general. Además de las primarias, otra de las maneras para seleccionar a un candidato son las caucuses o asambleas, convenciones, y nominaciones en reuniones.
Los dirigentes de Canadá son elegidos en convenciones de liderazgos, aunque algunos partidos han abandonado esta práctica en favor del sistema: un miembro, un voto. Soy de la opinión que tiene que haber elecciones primarias o consultas en los partidos políticos para que no existan roces e inconformidad entre sus miembros y para mantener el espíritu de la democracia. El autor es abogado y notario público
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