14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Merkel busca el consenso tras perder a su segundo presidente en dos años

Con la dimisión hoy de Christian Wulff de la jefatura del Estado alemán, la canciller, Angela Merkel, ha perdido por segunda vez en dos años a un hombre elegido personalmente para representar al país, lo que le aboca a buscar el consenso de la oposición a la hora de encontrar un sucesor digno.

Por Juan Carlos Barrena

Berlín/EFE

Con la dimisión hoy de Christian Wulff de la jefatura del Estado alemán, la canciller, Angela Merkel, ha perdido por segunda vez en dos años a un hombre elegido personalmente para representar al país, lo que le aboca a buscar el consenso de la oposición a la hora de encontrar un sucesor digno.

La caída de Wulff significa una derrota personal para la canciller empeñada en defenderle hasta el último momento, pese a que su dimisión se había convertido en cuestión de tiempo desde que a mediados de diciembre pasado el poderoso tabloide Bild publicara las primeras sospechas de corrupción contra el presidente.

Curiosamente las informaciones de un rotativo que es considerado sumamente conservador, que por goteo ha ido desvelando los sospechosos casos de amiguismo del presidente dimisionario, han sido las que han dado pie a la justicia para investigar al mas alto cargo del país.

La fiscalía de Hannover, detonante de la dimisión al solicitar ayer al Bundestag que levante la inmunidad de Wulff, reconocía que sus investigaciones preliminares, basadas en su mayoría en las informaciones de la prensa, habían constatado “indicios concretos y suficientes” para abrir un procedimiento contra el presidente.

Con Wulff dimite en Alemania en algo mas de año y medio el segundo presidente del país, después de que el 30 de mayo de 2010 lo hiciera el también conservador Horst Köhler, aunque en su caso por no soportar la presión mediática al comentar en unas declaraciones que las misiones militares alemanas en el extranjero tenían sentido en algunos casos para defender los intereses económicos del país.

La inesperada dimisión de Köhler, que pilló a Merkel por sorpresa, le llevó a buscar con urgencia un candidato amable y representativo que encontró en la figura de Wulff, correligionario cristianodemócrata y entonces jefe del gobierno regional de la Baja Sajonia.

Merkel impuso primero a Wulff ante sus socios de coalición liberales y luego forzó su elección por parte de la Asamblea Federal, aunque esta necesitó de tres votaciones consecutivas hasta alcanzar una mayoría simple para su nombramiento, con el rechazo de la oposición y una parte de los delegados gubernamentales.

Wulff se impuso entonces al candidato de la oposición socialdemócrata y verde Joachim Gauck, pastor protestante, disidente en la antigua RDA y primer responsable de la custodia de los archivos de la Stasi, la policía política de la Alemania comunista, que ahora vuelve a las quinielas como posible personalidad que devuelva a la presidencia del país el honor perdido.

Los analistas comentan que, pese a que la caída de Wulff puede ser considerada una derrota de Merkel, no hay que descartar que esta sepa sacar partido de la situación con su oferta de consensuar su sucesión con la oposición socialdemócrata (SPD) y verde.

Tras elogiar al presidente saliente y lamentar su marcha, Merkel anunció que hablará con la oposición para poder proponer “un candidato común para la elección del próximo presidente”, que según la Constitución germana deberá realizar la Asamblea Federal en un plazo máximo de 30 días.

Sus contactos ahora con el SPD y los verdes -no ha incluido al partido de La Izquierda en su búsqueda de consenso- para buscar un nuevo jefe del Estado pueden ser también un primer sondeo con vistas a los comicios legislativos del año próximo, tras los que, en base a las encuestas electorales de los últimos meses, Merkel deberá negociar la formación de Gobierno con un nuevo socio.

Los liberales, sus actuales aliados, no aportarán diputados suficientes para una nueva coalición y es posible que incluso se vean excluidos del Bundestag, toda vez que desde hace meses los sondeos no les conceden mas allá de un 3 % de votos.

Por el contrario, los partidos de la Unión (CDU/CSU) que dirige Merkel se mantienen firmes como primera fuerza política con hasta un 38 % de votos potenciales, gracias al prestigio de la canciller entre los alemanes por su gestión de la crisis del euro y a la vista de la envidiable situación de la economía alemana.

Si las cosas no cambian en el próximo año y medio, Merkel podría repetir triunfo electoral y podría optar como nuevo socio de gobierno entre el SPD, con el que ya formó gran coalición en la anterior legislatura, y Los Verdes, para experimentar a nivel nacional una alianza inédita.

Internacionales Alemania Merkel archivo

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí