Generalmente se asocia al limón con las manchas en la piel. ¿Qué tal si hablamos de los dientes?
Entre las innumerables aplicaciones que ostenta el limón, suma sus cualidades blanqueadoras para la limpieza dental. Sin embargo, cabe aclarar que si bien tiene una gran capacidad para acabar con manchas y sarro en los dientes, sus propiedades abrasivas pueden llegar a dañar el esmalte dental. Por tal razón se recomienda un uso racional del jugo de limón, preferentemente diluido en agua tibia.
Hay alimentos que particularmente oscurecen los dientes. Entre estos encontramos el café, el té, el vino y en general las bebidas cola. Estos hacen que los dientes se vayan manchando y que luzcan más amarillentos. Lo mismo sucede con el cigarrillo, otro enemigo de tu sonrisa.
Una buena recomendación que nos dicen los abuelos y es muy efectiva es ocupar bicarbonato en el cepillado. Pon en tu cepillo de dientes húmedo una pizca.
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