MONTERREY/AP
El motín que dejó 44 reos muertos el domingo en la cárcel de Apodaca, en Monterrey, fue planificado como una riña entre reclusos de Los Zetas y sus rivales del cártel del Golfo y permitió la fuga de 30 zetas, informó ayer en rueda de prensa
el gobernador del estado de Nuevo León, Rodrigo Medina.
Entre los fugados está Oscar Soriano, conocido como “La Araña”, líder de Los Zetas en Monterrey.
27 cuerpos fueron entregados a sus familiares, mientras sigue el reconocimiento de los demás.
25 forenses de Honduras, Chile, El Salvador, Guatemala, México y Perú realizan las labores de identificación de los cuerpos.
Ayer, decenas de familiares de los reos muertos llegaron a Medicina Forense, en Tegucigalpa, para reclamar la entrega de cadáveres. Hasta ayer se habían realizado 115 autopsias.
Las autoridades continúan con las averiguaciones sobre lo que originó la tragedia.
El clamor fue mayor entre una veintena de mujeres al trascender extraoficialmente que los cuerpos serían enterrados en una fosa común, aunque el Ministerio Público desmintió la información.
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El funcionario señaló que sin la complicidad de algunos funcionarios, a los que calificó de “traidores”, la fuga “no podría haberse realizado”. El alcaide, el jefe de seguridad y los 18 custodios de servicio en la sección en la que se produjeron la riña y la fuga, están detenidos y bajo investigación. Los 44 muertos pertenecen al cártel del Golfo.
CORRUPCIÓN
Los guardias de prisiones en México son vulnerables a la corrupción debido a los bajos salarios y a que muchas veces sus familias viven en los mismos barrios marginales controlados por los miembros de las bandas a los que deben vigilar. A diferencia de lo sucedido en casos anteriores, nadie ingresó desde el exterior para facilitar la fuga.
El vocero de seguridad pública estatal, Jorge Domene Zambrano, explicó el domingo que los hechos se desencadenaron durante un traslado de reos de un pabellón a otro durante la madrugada, cuando Los Zetas aprovecharon para atacar a los del cártel del Golfo con armas blancas, barras metálicas y piedras. No se utilizaron armas de fuego. Cada pabellón acoge alrededor de 750 prisioneros.
Sin embargo, la madre de un preso que acudió la madrugada del domingo a la cárcel señaló que “se escucharon disparos e incluso una explosión” y que después se observaron “columnas de humo”.Domene dijo que en 2011 ingresaron en el penal de Apodaca 1,500 nuevos presos, detenidos en el marco de la lucha antidrogas, con lo que la prisión tiene 2,500 presos, un 80 por ciento de sobrepoblación. Aproximadamente el 70 por ciento de los reos no han sido procesados y están detenidos mientras se investigan los casos en que están involucrados.
Para Domene es el hacinamiento lo que hace que los “penales sean muy difíciles de controlar”.
El gobernador solicitó a las autoridades federales que trasladen prisioneros a otros penales para disminuir la sobrepoblacion actual en el penal de Apodaca, situado en el área metropolitana de Monterrey.
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