Zona de Strikes
En un staff de pitcheo tan sólido como el de los Filis, las posibilidades no son tan amplias para un joven que se construye como lanzador y quizá no al ritmo deseado.
Se necesita un impulso enorme para captar la atención y recibir la oportunidad que permita no solo abrirse espacio, sino modificar ciertas valoraciones que podrían relegarte por anticipado.
Ese quizá sea el escenario en el que se encuentre Juan Carlos Ramírez, prometedor prospecto nica, obtenido por los Filis desde Seattle, en el canje por Cliff Lee.
Ramírez está en Florida y batalla por hacerse notar a pesar de Roy Halladay, Lee y Cole Hamels, lanzadores capaces de empujar un equipo a la Serie Mundial.
Detrás está Vance Worley, atrevido muchacho que tras subir a tapar el hoyo dejado por el lesionado Joe Blanton, tuvo 11-3 y 3.01 para quedarse con el puesto.
Blanton está de vuelta y se cree que sano. También está Joel Piñeiro deseoso de un espacio y Dave Bush. Ese panorama, JC no lo puede cambiar. Pero puede cambiar la valoración que los Filis tengan de él.
“A Ramírez se le está haciendo tarde”, escribe el columnista del Philadelphia Inquirer, David Murphy. “Tiene 23 años, pero ha completado seis temporadas en las Menores y sus cifras en lugar de mejorar, decrecen”.
Murphy se refiere a que Juan Carlos tuvo 4.50 en efectividad el año pasado en el Reading en Doble A, donde pasó de 7.3 ponches promedio por juego, a 5.6.
“A los Filis les encantaba su talento crudo cuando lo adquirieron, pero Ramírez no ha hecho mucho por mostrarse como legítimo prospecto”, agrega Murphy.
No es que el futuro de Juan Carlos dependa de lo que ese redactor escriba, pero ciertamente está llegando a la etapa de su desarrollo en la que tiene que comenzar a mostrar algo concreto. A lo mejor lo consigue ahora.
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