ACAN-EFE
La misión de observación electoral de la Unión Europea (UE) en Nicaragua señaló hoy que este país sufrió un “retroceso en la calidad democrática” tras los comicios de noviembre pasado, en los que el presidente inconstitucional Daniel Ortega logró su reelección, en medio de denuncias de fraude de la oposición.
El jefe de esa misión, el eurodiputado socialista español Luis Yáñez-Barnuevo, indicó en una rueda de prensa que Nicaragua urge de una reforma en su sistema electoral y que el principal responsable de impulsar esos cambios es el Gobierno de Ortega.
“Han adolecido estas elecciones de falta de transparencia y por tanto de excesiva opacidad en muchos estamentos del proceso”, anotó Yáñez-Barbueno al presentar el informe final de la observación.
Ortega ganó las elecciones con el 62.46 % de los votos, según los resultados oficiales, pero ninguno de sus cuatro adversarios reconoció esa victoria, y, por el contrario, denunciaron “irregularidades” en el proceso.
La UE sostiene que el sistema democrático nicaragüense sufre de una Ley Electoral que “fomenta decididamente el bipartidismo” y una “excesiva injerencia” de los poderes Electoral y Judicial sobre los partidos políticos.
Además, se refiere a un Consejo Supremo Electoral (CSE) que “ha dado repetidas muestras de falta de neutralidad”, lo que ha provocado “un deterioro en las condiciones de transparencia del proceso”.
En su informe, la misión de observadores de la UE también criticó la falta de acreditación a los organismos locales de observación y a los fiscales de los partidos de oposición, así como la falta de entrega de cédulas de identidad, imprescindibles para ejercer el voto, y un padrón electoral que no está depurado.
“En su conjunto, el proceso electoral nicaragüense ha adolecido de muchos problemas”, por lo que la UE emitió en su informe conclusivo 24 recomendaciones para “su mejora y hacer así más creíble” los próximos comicios en este país.
Dentro de las recomendaciones, la UE propuso la aprobación de una nueva Ley Electoral, un CSE integrado “equitativamente” por representantes capacitados del oficialismo y la oposición, una ley de partidos, depurar el padrón electoral y permitir la observación local e internacional en todas las votaciones.