Ernesto Cardenal
Luciérnagas en el suelo.
¿Y habrá sido después de todo un desposorio con un
/Ser impersonal?
Solo, en un radio de 100,000 años luz
ardiendo de amor.
Ningún cuerpo al lado en la cama
ni en la arena.
Ansiando la venida del reino de los cielos a la tierra.
Y al final del espacio-tiempo
el coito eterno.
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