Shakespeare retrató en una de sus obras, Macbeth , la imagen de la tiranía (en este caso en Escocia del siglo XI), en la cual Macbeth, uno de los caballeros de confianza del rey, se llenó de ambición del poder (según la obra le salieron unas brujas con premoniciones de que sería rey).
Macbeth asesinó en su castillo al rey Duncan. Los hijos del rey salieron al exilio. Tiempo después, ya entronizado, envió unos sicarios a asesinar a la esposa e hijos de MacDuff, (la profecía era clara en que los hijos de MacDuff le seguirían como reyes). No quería ser un rey efímero, sino una dinastía. Tenía a su alrededor lo que necesitaba para someter Escocia: sicarios, fuerzas militares leales a su familia, y resto de esbirros. Él, solo era la mano invisible de sus delitos.
La profecía le decía a Macbeth que solo si el bosque de Bernane se movía él podría perder el poder, y que ningún hombre nacido del vientre de mujer podría asesinarlo.
Pero Malcolm, uno de los hijos del rey, aliado con los ingleses invadió disfrazando a los soldados con ramas de árboles en el Bernane, un número tal que era como si el bosque se moviera.
Así fue como al final cayó el tirano, muerto por el propio MacDuff, nacido por cesárea.
Las similitudes con la actual tiranía de Nicaragua son asombrosas.
En Nicaragua, la ambición de Daniel Ortega y su esposa los han llevado a cometer toda una serie de violaciones en su propia familia, en la Constitución, delitos electorales y de todo tipo, y como decía la propia lady Macbeth, a estas alturas ya están con sus manos tan llenas de sangre que no pueden echarse para atrás.
Lady Macbeth, la esposa del tirano, le decía palabras llenas de ambición, como que solo los valientes cometen los crímenes que les permiten llegar al poder, y los cobardes son los que se quedan en la tangente del poder para siempre.
Lady Macbeth ayudaba a racionalizar la tiranía, a tapar todo tipo de delitos sangrientos y terminó paranoica, viendo fantasmas y sonámbula. Ni Macbeth lloró su muerte.
El que se rinde a este mal no puede ver las heridas que hace.
Lo bueno es malo y lo malo es bueno. Evento tras evento delictivo, le da más poder y dominio.
No tener ambición es no ser hombre o ser cobarde.
Renunciar a la ambición es como renunciar a los hijos.
La cara del mal y de los que lo siguen es falsa y esconden lo que tienen en su corazón.
La patria, oprimida entonces, se alista para la oscuridad, esperando una la luz viva que la saque de allí.
El miedo y los escrúpulos, son lo que sacude a los hombres y mujeres libres a no luchar en contra de estas tiranías.
Pero la mano grande de Dios es la que al final da la sabiduría que lleva al valor, valor que lleva a la acción y al final a la seguridad.
Nicaragua vive hoy una paz muy frágil, porque depende de aplastar las voluntades de los otros.
En el momento en que haya resistencia, esa paz solo se puede mantener con el dolor de los otros.
Con un tirano inconstitucional, nunca veremos los días enteros y felices otra vez, la verdadera paz y la prosperidad del pueblo no se verán hasta que se reinstaure la democracia y haya madurez política para defenderla. El autor es ingeniero.
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