Por Wilder Pérez R.
A los hombres les gusta digerir sus huevos por su sabor y porque los consideran afrodisíacos. Las mujeres prefieren el carey por su color oscuro rojizo, forma y textura que se venden como bisuterías, así depredan en Nicaragua a las tortugas marinas.
El alimento que representan sus huevos y los accesorios que resultan de sus caparazones son las razones principales por las que el hombre mata a las tortugas en el Pacífico de Nicaragua, confirmó un estudio de Fauna y Flora Internacional (FFI), titulado “Tortugas marinas y su estado como producto de consumo”.
A pesar de la veda permanente de huevos de tortuga y la prohibición internacional del uso de carey, estos se comercializan en el 90 por ciento de los negocios ubicados en los principales mercados nicaragüenses, según el documento.
“Algunos comerciantes están terminando el inventario (vender lo que tienen) para no volver a comprar”, afirmó Rodolfo Nicaragua, director de Planificación y Proyectos de la Corporación de Mercados del Municipio de Managua (Commema), tras confirmar los resultados del estudio.
José Urteaga, coordinador de FFI en Nicaragua, dijo que este informe será presentado ante las instituciones del Estado para planificar estrategias que acaben con el comercio de los quelonios, ya que esto es lo que promueve su eliminación en las costas y en alta mar.
Liza González, directora de Paso Pacífico, que colaboró con la investigación, dijo que la misma permitirá al Gobierno definir sus prioridades de protección de las tortugas marinas. El trabajo consistió en una encuesta a casi 1,200 personas en los principales mercados del Pacífico de Nicaragua donde se comercializan los huevos de tortuga y el carey.
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