Mundo ideal de arpas posibles, reales, celestiales;
utopía para corazón ajeno al cantar de la alegría,
al ensueño y los encantos que se ocultan en la vida.
Imposibles para el ciervo gafo y sin forma creativa.
Vencer las ignominias, el rencor, las vaciedades;
y el pensar cínico, con solución de verbos y sonrisas,
maquiavélico, sádico, furibundo y medusa; ¡loco!
de exprofeso fabricado por mundo y por historia.
Y mueres de tristeza pese al brillante día de fiesta,
mueres de nostalgia, lloras de hipocresía, ¡sin vergüenza!
payaso de las hondas melancolías, egresado de la maña,
falaz vendimia de los campos yermos solitarios.
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