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“Amo a este país”

La noche del Óscar estaba por terminar. Ya no quedaba lugar para las apuestas. En uno de los rincones estaba el gran favorito George Clooney y su mejor amigo, Brad Pitt (Moneyball). En el otro rincón, el factor latino del mexicano Demián Bichir (A better life) y el linaje actoral de Gary Oldman (Tinker Tailor Soldier Spy).

Fabián W. Waintal

La noche del Óscar estaba por terminar. Ya no quedaba lugar para las apuestas. En uno de los rincones estaba el gran favorito George Clooney y su mejor amigo, Brad Pitt (Moneyball). En el otro rincón, el factor latino del mexicano Demián Bichir (A better life) y el linaje actoral de Gary Oldman (Tinker Tailor Soldier Spy). En el escenario, Natalie Portman ya los había nombrado, uno por uno. Y cuando se abrió el sobre, ya no quedaban contrincantes, solo un ganador del Óscar, un actor que se quedó mudo tal cual como en la película The Artist. El Mejor Actor, Jean Dujardin.

[doap_box title=”Un galán ” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

El nombre Jean Dujardin lo insinúa. Y el acento no engaña. El Mejor Actor del año nació en un suburbio al oeste de París, en Francia, el 19 de junio de 1972.
Durante su adolescencia, el trabajo tuvo que ver con la construcción, ayudando en la compañía de sus padres y la actuación recién empezó a tomar forma, unos años después, en medio del servicio militar.

Al principio se destacó con un espectáculo unipersonal que él mismo había preparado para presentarlo en diferentes bares y cabarets de París. Y recién después, decidió formar el grupo de comedia Nous C Nous (Nosotros Somos Nosotros), que apareció públicamente en el show Graines de Star, en 1996. En TV, protagonizó durante cuatro años la serie de comedias Un Gars, Une Fille, con un formato de apenas siete minutos diarios, que acaparó más de 7 millones de televidentes, un 30% del público local.

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Dicen que el Óscar cambia la vida de cualquiera. ¿Siente que es así?

No, no. Pero es algo irracional, es surrealista, estoy completamente “choqueado”. Todo esto parece un sueño, necesito que alguien me pellizque para saber que no estoy soñando. Pero no es un sueño, tengo el Óscar en la mano. Es increíble.

Aunque ya era conocido en Francia, ¿el Óscar lo convierte en una estrella internacional?

No soy una estrella, soy un ser humano (risas). Es un lujo tal vez. Me da más libertad, supongo. No soy una marioneta, soy un artista.

¿Al menos espera que gracias al Óscar vaya más gente a ver la película The Artist?

Hacemos cine para que la gente lo vea, para que se sientan mejor. Y si van más al cine, mucho mejor.

¿Qué es lo que más le gusta de Hollywood?

Me encanta porque en el auto se permite doblar a la derecha, aunque la luz del semáforo esté colorada. Es maravilloso. Para filmar la película The Artist viví cuatro o cinco meses. Me encantó la luz, la energía, las caras americanas y los rollos de canela. Lástima que no hablo tan bien el inglés. El cine lo había ayudado con la falta de un buen inglés. Pero a la hora de subir al escenario para recibir el Óscar, Jean Dujardin encontró las mejores palabras para el personal agradecimiento: “Amo este país”.

Espectáculo Jean Dujardin Oscar archivo

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