Fabián W. Waintal
Se acordaron un poco tarde. Christopher Plummer había cumplido los 80 años cuando recibió la primera nominación al Óscar por el personaje de Leo Tolstoi en The Last Station.
Aquella vez le había robado el sueño un desconocido actor austríaco que recién había llegado a Hollywood con el nombre de Christoph Waltz y la extraordinaria película Inglourious Basterds de un extraordinario Quentin Tarantino.
Este año, la competencia tampoco parecía fácil. Con la historia de Beginners sobre un carismático anciano que a su edad confiesa ser homosexual, Christopher Plummer compitió contra la emocionante historia del ataque terrorista en Nueva York de la película Extremely Loud & Incedibly Close con otro grande como Max Von Sydow, que tampoco había ganado antes un Oscar.
Igual que Nick Nolte, quien recibió su tercera nominación (y ninguna estatuilla) con el dramático personaje del padre de la película Warrior. Ni hablar del prestigio de Kenneth Branagh sobre la historia de Marilyn Monroe en My Week with Marilyn y el juvenil carisma de Jonah Hill por Moneyball.
¿Con el Óscar en la mano, cree que realmente es mejor actor que Max Von Sydow, Nick Nolte, Keneth Branagh y Jona Hill?
Somos todos iguales. Ninguno es mejor que el otro. Es muy simple, alguien tiene que ganar. Fui yo y es maravilloso.
¿Qué opina de las manifestaciones en contra de la homosexualidad, teniendo en cuenta que ganó el Óscar por interpretar un hombre que a su edad no tiene miedo de revelar que es gay?
Los personajes gay son seres humanos. Todos somos exactamente iguales y la razón por la cual lo interpreté de la forma que lo hice es porque no hay que salir pretendiendo ser la caricatura de un homosexual. Son parte de nuestra sociedad desde la época de los egipcios, los griegos. Es parte de nuestra condición humana.
¿Nació el mismo año 1929 que entregaron el primer el premio Óscar?
Exacto.
¿Quiere decir que tiene la misma edad que el Óscar?
(Risas) Tal cual.
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